Se fundó para desarrollar una formación escénica integral, proponiendo una renovación en las formas y en el fondo de la tradicional figura del/a actor/actriz. Llevan 10 años formando a actores y creadores que cada día adquieren más relevancia y reconocimiento es el sector escénico. Hablamos con Alberto Salas, Rocío Navarro y Álvaro Moreno, el equipo directivo de Nave 73.

-¿Qué le diríais a un joven que considera que quiere estudiar Artes Escénicas para que entendiese la filosofía de vuestra Escuela?

La escuela de Nave 73 tiene una línea formativa multidisciplinar, muy centrada en la creación colectiva y contemporánea. Nuestro proyecto siempre se ha basado en alejarse de la formación actoral clásica y preparar a nuestros alumnos no sólo como actores, sino en la figura del actor-creador. Nos centramos en la libertad creativa y la fomentamos a través de la cercanía y la escucha. El número de alumnas y alumnos en cada clase es muy reducido -normalmente 14 como máximo- y solo trabajamos con un grupo en primer año y un grupo en segundo, por lo que la atención es realmente muy personalizada, el seguimiento, individualizado y el diálogo, constante.

Buscamos que nuestros alumnos sean actores y actrices apasionados, cuyas ganas de trabajar no hayan sido cercenadas por los patrones del “cómo se debe hacer”, son intérpretes muy solventes y, a la vez, creadoras y creadores inquietos. Son artistas con libertad, independencia y autonomía, fieles a su imaginario y capaces de enfrentar el trabajo desde la alegría y sin frustración.

Creemos que esto es fruto de la manera en la que planteamos el trabajo a lo largo de los dos años de formación. Los contenidos, el programa y las horas de trabajo están sostenidos por el rigor, la práctica constante, el afán de profundización y conceptualización, pero siempre con el objetivo de desarrollar la singularidad de cada uno desde el goce y la libertad creativa. Jamás planteamos que haya una única manera de entender la actuación, los textos, los personajes o la escena misma.

Durante estos dos años, el alumnado recibirá formación en Interpretación, Movimiento, Voz, Canto y Lenguaje Musical y también de Historia de la Interpretación formación específica en Dramaturgia, Producción, Movimiento, Verso o Esgrima y Lucha escénica.

Este proceso culmina en dos espectáculos que permiten a los alumnos abordar dos códigos diferenciados que, desde nuestra perspectiva, resultan especialmente relevantes en el panorama teatral español: los Lenguajes Contemporáneos y el Siglo de Oro Español. Ambos espectáculos se estrenan dentro de la programación oficial de Nave73.

-La apuesta de Nave73 como sala siempre ha sido la de apoyar a los nuevos creadores y la de respetar también a los clásicos. ¿También es la base de vuestra escuela?

Absolutamente, sí. Por un lado, formamos artistas que son el futuro (y el presente) del panorama escénico nacional y por tanto tienen que conocer, apreciar y manejar los nuevos lenguajes y los códigos contemporáneos. Y, por otro lado, para este tarea nos apoyamos e inspiramos en el legado clásico. Sería útil, tal vez, concretar lo que para nosotros significa “clásico”. Desde un punto de vista pedagógico los clásicos son las fuentes, los referentes, esas grandes mentes que construyeron las bases del pensamiento y del arte actual. Y entre esas bases, por supuesto, están los clásicos de la literatura dramática universal desde los griegos hasta los clásicos contemporáneos. Son el espejo en el que mirarnos. Todo está ahí. Y en el caso del teatro en castellano, la palabra es nuestro punto de partida: desde el Auto de los Reyes Magos, hasta la obra de Juan Mayorga, pasando por Cervantes, Lope, Tirso, Calderón, Sor Juana Inés de la Cruz, Valle, o Lorca. Pero en el programa que impartimos también miramos a otros grandes creadores, pensadores y pedagogos: desde, por supuesto, Aristóteles, Diderot, Stanislavski, Grotowski, Brook o Bretch, hasta artistas de otras disciplinas o aquellos que ya no entienden la escena necesariamente a partir del texto. Nos fascinan Eduardo Chillida, Pina Bausch, David Lynch, Marina Abramovic o Esther Ferrer y también El Niño Elche, Beyonce, C. Tangana o Rosalía, que también están entrando en el canon y convirtiéndose en clásicos, ¿por qué no?. Somos clásicos de corazón y eclécticas de inspiración. También nos gusta tomar ideas de pintores, escultores, novelistas, músicos, de otras maneras de entender y enfrentar el acto creativo. El imaginario, la sensibilidad y el intelecto de actores y actrices no se nutre solo del teatro. El teatro es una disciplina que aglutina muchos aspectos de la historia el arte. Es esa “obra de arte total” que imaginaba Wagner. Si algo caracteriza los planteamientos conceptuales de la escuela quizá esta sería una buena síntesis: transmitir el amor y el estudio riguroso de los clásicos desde una mirada radicalmente contemporánea que ame la herencia del pasado con tanto respeto como irreverencia. Cuando nos rodeamos de esos imaginarios, cuando sentimos que, de alguna manera, todo está inventado. Partiendo de ahí puede encontrarse algo esencialmente propio, singular y original.

Según vuestra experiencia durante todos estos años como profesor/a de alumnos/as, ¿Qué cualidades debe tener una persona para ser buen actor/ actriz?

Lo más importante para hacer y para dedicarse al teatro, es el DESEO de estar en el escenario. Un espacio de ensayo es para los creadores el más maravilloso de los espacios. Un espacio en el que todo está por suceder, por descubrir, por aparecer. Un espacio en el que nos encontramos con otras personas para, entre todos, entender algo más del misterio que nos rodea. Después de eso, para preguntarnos sobre eso mismo, invitamos a más gente: el público.

-¿En qué consiste vuestro Master en Dirección Escénica?

Nuestro objetivo es entrenar a futuros directores en el uso de herramientas de dirección escénica aplicadas a formatos contemporáneos, pero, por encima incluso de esto, enseñarles a reflexionar sobre su propia praxis como directores, para que puedan emprender un camino de aprendizaje e investigación de forma autónoma. El claustro está compuesto por profesionales en activo, por lo que todo lo que van a transmitir está vinculado con su praxis artística en el presente. Cada profesor tiene libertad de cátedra, pero seguimos una línea pedagógica común, en la que se le da un peso específico a procesos y formatos teatrales contemporáneos, como la creación colectiva o el teatro interactivo.

-¿El vuestro es un oficio en el que siempre se sigue aprendiendo, algo para lo que se requiere estar atento y ser perseverante?

Para ser buen actor/actriz, lo esencial es el deseo de hacer teatro. Estudiar teatro, básicamente, es ampliar el ámbito del placer. Puedes experimentar más placer conociendo a gente que ya hablaba de las mismas cuestiones que te interesan a ti hace dos mil, mil, quinientos o cinco años. Puedes experimentar más placer conociendo qué hicieron otros creadores con esos textos o con otras propuestas, en cualquier país, ciudad o teatro del mundo. Estudiando puedes profundizar en la singularidad de este arte y comprender algo más del por qué de su potencia, del por qué de su constante presencia en las distintas sociedades a lo largo de la Historia. Estudiar teatro es mirarse en el espejo de la Historia de la Humanidad. Así que cuanto más estudiamos, más superficie de ese espejo somos capaces de vislumbrar. Para hacer teatro solo necesitas, como dice Brook, “un escenario vacío, una persona que camine por él y otra persona que la mire”. La única diferencia al estudiar teatro es que puedes vislumbrar la extraordinaria y sobrecogedora potencia de esa acción tan sencilla.

-Además de las técnicas interpretativas, los/as alumnos/as pueden impregnarse de…

La motivación de sus compañeros y de las compañías que actúan y crean Nave 73  que les ayuda a afrontar los dos años de formación con inquietud, curiosidad y gusto por el trabajo. Hemos creado un espacio de desarrollo para artistas que disfrutan de actuar, escribir o dirigir teatro con un programa que ofrece las herramientas y la confianza para tener autonomía y capacidad, no solo para ponerse al servicio de las ideas de otros artistas, sino también, para desarrollar proyectos propios. 

-¿Vuestra metodología de enseñanza se amplia o varía cada curso?

La metodología de los cursos regulares para profesionales es constante, ya que está planificada al milímetro para poder ofrecer la mejor formación al alumnado. Los cambios anuales suelen estar relacionados con las master class o con la evolución personal de cada grupo. En cuanto a nuestros intensivos y talleres temporales, cada año buscamos innovar y ofrecer diferentes formaciones. 

-En vuestro equipo docente contáis con profesionales como…

Algunos de los profesores fijos que trabajan en nuestro centro son: Iñigo Rodríguez-Claro, Carlota Gaviño, Pilar G. Almansa, Juan Ceacero, Antonio Rojano, José Padilla, Lucas Condró, José Juan Rodríguez, Lorenzo Papagallo y Amaya Galeote.

Durante el año, hemos realizado master clases con profesionales como Luis Felipe Blasco, Pablo Messiez, Carlos Aladro, David Pizarro, Luis Luque, José Ramón Gómez Friha, Alessio Meloni o Lupe Valero.

La selección de los docentes es muy importante para nosotros. En la Escuela de Nave 73 van a encontrar profesores en activo, capaces de guiar a los alumnos por la realidad actual del sector, por otro lado, nuestros docentes compartir nuestra filosofía y el compromiso educativo del centro, lo que genera que haya una interconexión entre las diferentes materias impartidas, generando un discurso pedagógico unificado que fomenta la evolución y la investigación de los alumnos.

-¿Qué cursos o seminarios o actividades especiales habrá en vuestra escuela desde Junio que queráis destacar?

Durante la temporada que viene seguiremos ofreciendo intensivos y talleres destinados a la creación y, para los que quieren acercarse a la interpretación, seguiremos contando con nuestros cursos de teatro para aficionados y nuestro curso de creación juvenil.