“¿Qué tenemos que hacer para que nuestra realidad no se parezca a la realidad que narra la obra?”. Para Alfredo Sanzol, ésta es la principal pregunta que le gustaría que se hiciese el público después de ver esta producción del Centro Dramático Nacional que ha dirigido.
Con un magnífico elenco femenino en el escenario, nos presenta una puesta en escena que humaniza el personaje de Bernarda Alba, que habla de que todas estas mujeres son víctimas, que profundiza en el deseo y en nuestra relación con la sexualidad, en las estructuras patriarcales, pero que también nos dice: “La esperanza está en nosotras. En trabajar para cambiar esta estructura que no funciona.”
-Comentas que: “La casa de Bernarda Alba podría contarse desde la postura de Bernarda como la historia de una mujer que quería lo mejor para sus hijas. Una madre pragmática, realista, que conocía el mundo en el que vivía y que no dudó en usar toda su energía para frenar los impulsos anárquicos del instinto sexual…”
Uno de los objetivos que tenía a la hora de llevar a escena “La casa de Bernarda Alba” es humanizar a Bernarda. Es algo que he hablado mucho con Ana Wagener porque se trataba de un objetivo compartido. Es necesario contar que todas en la casa son víctimas, aunque Bernarda juegue además el rol autoritario.
-¿Cuáles son los principales temas de los que quieres hablarnos con esta puesta en escena de la obra de Lorca?
El tema del cuerpo femenino es el primero. Un cuerpo maltratado, amenazado, con el que se comercia, un cuerpo que busca, a pesar de todo, un lugar armónico. La lucha del cuerpo de Adela es un símbolo. Y unido a este tema está el del cuerpo masculino, como un cuerpo maltratador, amenazante, impune. El tema de las estructuras patriarcales es el fundamento de la obra, y todas sus ramificaciones. Y la económica es esencial.
-Bernarda es la opresión y el despotismo y Adela es la vida y la libertad. Pero, ¿qué tienen en común Bernarda y Adela en esta obra que estáis ensayando?
Bernarda y Adela son dos energías que forman parte de todas y de todos. El poder represivo y las ideologías reaccionarias han creado a lo largo de los siglos Bernardas que se instalan en nuestro pensamiento pero con cada generación las Adelas nacen en el cuerpo en busca de un nuevo orden.
-La violencia y los códigos machistas siguen muy presentes en nuestra sociedad actual. ¿Por esto has considerado que sigue siendo casi imprescindible llevar a escena “La casa de Bernarda Alba”? ¿Por otros motivos?
Desde luego que la lacra de la violencia machista es un motivo. Además hay uno personal que me conectó de manera íntima con la obra que viene de una larga conversación con mi madre sobre sexualidad femenina. Comenzamos a hablar de la obra y esto nos llevó a una conversación que no habíamos tenido nunca. Éramos una madre de 83 años y un hijo de 51 hablando de sexualidad, del cuerpo femenino como nunca lo habíamos hecho y esa conversación fue el detonante de esta producción.
-¿Cuál es la principal pregunta que te gustaría que se planteasen los espectadores?
La principal es: “¿qué tenemos que hacer para que nuestra realidad no se parezca a la realidad que narra la obra?”.
-También comentas en la presentación de la función que “Bernarda y su casa son la metáfora de una sociedad aterrorizada”. Pero, ¿Crees que hay algún espacio para la esperanza en esta función?
Claro. Toda la función es una denuncia de una estructura que no funciona. La esperanza está en nosotras. En trabajar para cambiarla.
La llevan a escena Ana Wagener (Bernarda), Claudia Galán (Adela), Patricia López Arnaiz (Angustias), Ane Gabarain (Poncia), Eva Carrera (Amelia), Belén Landaluce (Magdalena), Sara Robisco (Martirio), Inma Nieto (Criada), Ester Bellver (María Josefa), Isabel Rodes (Prudencia), Ana Cerdeiriña (Mujer 1), Celia Parrilla (Mujer 2), Chupi Llorente (Mujer 3), Lola Manzano (Mujer 4) y Paula Womez (Muchacha).
-¿Qué destacarías de este gran elenco de grandes actrices que llevarán a escena esta producción del CDN?
Lo primero quiero dar las gracias a todas. Ha sido esencial su complicidad. Con Ana Wagener y con Ane Gabarain he hablado mucho antes de comenzar a ensayar y su visión también está en la obra. Todo el reparto se ha comprometido desde la realidad presente de sus cuerpos. Están contando una historia que sucede ahora.
-¿Qué papel juegan en la historia de la función los personajes “Mujer 1”, “Mujer 2”, “Mujer 3” y “Mujer 4”?
Son las mujeres del pueblo que vienen al duelo y que Bernarda desprecia. Son las representantes de una sociedad por la que Bernarda se siente amenazada. El rumor, la maledicencia, es uno de los grandes temas de la obra, tan actual por las redes.
-¿Cómo son la escenografía de Blanca Añón y el vestuario de Vanessa Actif?
Blanca ha diseñado una casa con una perspectiva muy fuerte que engulle al espectador y que se convierte en un personaje más. Es la casa del padre de Bernarda. Es un refugio y una cárcel. Y Vanessa ha creado un vestuario muy conectado con el gusto del presente. Ha resaltado que el gusto de las hijas de Bernarda sigue vivo ahora.
La Iluminación es una creación de Pedro Yagüe y la música es de Fernando Velázquez. Fotografías de Bárbara Sánchez Palomero. De Gira.