Cuatro grandes actrices (Amparo Larrañaga, Ruth Díaz, Cecilia Solaguren y Anna Carreño) dan vida a las cuatro protagonistas de este grupo de mujeres decididas a conquistar el FitzRoy, una montaña situada en el campo de hielo de la Patagonia sur, entre Argentina y Chile, considerada como una de las rutas de escalada más complicadas del mundo y nunca alcanzada por una cordada femenina. El mal tiempo les ha hecho parar. ¿Seguirán con la ascensión y asumirán los riesgos o se rendirán y no conseguirán un hito”?… En el escenario una emocionante obra, llena de buen humor, escrita por Jordi Galcerán y dirigida por Sergi Belbel.
AMPARO LARRAÑAGA
-En la presentación de “Fitzroy se comenta que “Cuatro escaladoras están a mitad de ascenso del FitzRoy, una montaña situada en el campo de hielo de la Patagonia sur, entre Argentina y Chile, una de las rutas de escalada más complicadas del mundo y nunca alcanzada por una cordada femenina. El mal tiempo las ha obligado a detenerse y, mientras esperan que las condiciones mejoren, surgen problemas inesperados…”
Es una historia de cuatro amigas que suben una montaña imposible porque quieren conseguir un récord. Están dispuestas a jugarse la vida. Pero, cuando surge algo que puede cambiar la situación, se ven las caras. Es una historia de superación. Y es muy divertida, aunque también hay drama. A través de la comedia, del drama y de las situaciones que se plantean se va desarrollando la obra.
-Preséntanos a Katy, tu personaje
Katy es psicóloga, escribe libros de autoayuda en los que, por cierto, no cree mucho. Da cursos a empresas porque es una alpinista reconocida y, como escala montañas, la gente piensa que es experta en superación personal. Es bastante cínica y, quizás, lo que la diferencia del resto, es que no tiene ni medio conflicto en su vida. Tiene pasta y le va bien. Como al resto, no le gusta perder y es el detonante de una situación que pueden cambiar totalmente ese viaje y esa escalada.
-¿Qué papel juega en la historia de la función?
Es la más experimentada de todas. Es la jefa de la expedición y la que toma las decisiones. Y sabe un secreto de una de ellas por lo que tiene un poder que podría utilizar en cualquier momento. Aunque, finalmente, ese poder no es tan importante en el desarrollo de la obra frente a otras circunstancias que ocurren.
-Además de hablarnos sobre las relaciones de amistad, los desafíos y los deseos de superación, ¿Cuáles son los principales temas que aborda?
Habla de esos temas principalmente pero también del quiero ganar, de la pasión por conseguir un Récord Guinness, de “hasta dónde soy capaz de llegar para conseguir esto que quiero”. Todas van a por todas, jugándose la vida de verdad.
-La historia es real, no hay ninguna entrada ni salida del escenario. Solo pueden subir o bajar…
El juego dramatúrgico se basa en que todo sucede en esa pared llamada “la yugoslava”, en un espacio muy pequeño, más que el escenario. Por lo que todo es mucho más agobiante, más intenso. Cuando lloran, es más intenso, cuando ríen, también. Y, sobre todo, no salen jamás de allí. Lo que sucede es real porque no te puedes ir al baño o a llorar sola o a dar una vuelta. Todo se lo tienen que comer ellas allí. Pero también todo es muy emocionante.
-¿De qué forma invitarías al público joven a que acuda a ver esta función?
Los temas de los que nos habla la función están dirigidos a todo tipo de público. No a una edad o a un perfil específicos. Los jóvenes pueden disfrutar de una función que les interesa porque les puede pasar a ellos también. Debemos luchar porque el Teatro vuelva a ser popular y haya un relevo generacional. Con el apoyo desde las Instituciones, desde los Institutos en la enseñanza…
RUTH DÍAZ
-¿Cómo describirías a Julia, tu personaje?
Es una mujer con una gran pasión por la escalada, y que lo daría todo por cumplir su sueño de escalar el Fitzroy. Todo. Tremendamente luchadora y una tía a la que no se le pone nada por medio. Es una superviviente. Como amiga si necesitas algo va a estar siempre ahí, apoyándote y escuchándote, pero ella no suele pedir ayuda cuando tiene problemas. Es bastante reservada en ese sentido. Ante los demás siempre intenta estar de buen rollo, ser una tía divertida, juguetona y fuerte. Creo que es la más lógica de las cuatro. Es empática, buena amiga y buena compañera. Aunque su pasión la ciega.
-¿Qué tipo de relación mantiene con los otros tres personajes?
Creo que es la más lógica de las cuatro, empática, buena amiga y buena compañera. Aunque su pasión la ciega. Son su grupo de escalada y su familia en la montaña. Comparten esta gran pasión, lo que ha unido la montaña no lo puede separar nadie, ni nada. A la que más conoce es a Ana, llevan años escalando juntas. Cómplice de muchas aventuras. Cati es como si fuera su hermana mayor. Confía muchísimo en ella, es la más veterana y la admira mucho como escaladora. La considera casi como una maestra. Y a Laura la conoce menos, pero la ha acogido como a una más, le hace mucha gracia su sentido del humor y el barrio que lleva encima, y ahí conectan. Además de que le produce ternura toda esa fachada de tía dura que intenta aparentar.
-Según tu opinión, ¿De qué temas habla “Fitzroy”?
Creo que habla sobre la supervivencia y el egoísmo. El sálvese quien pueda.¿Qué serías capaz de hacer por tu pasión? Pero también es un homenaje a la amistad. Y en esa dualidad creo que reside lo brillante de esta historia.
-¿Dónde reside y qué tipo de humor hay en escena?
Creo que es un tipo de humor de situación. En ese espacio de aislamiento, de donde no se puede salir, se crean entre ellas una serie de situaciones límites de los más absurdas. Yo creo que ahí reside el humor.
– ¿Este personaje requiere de mucha exigencia física y mental?, ¿Por qué?
Si, yo creo que más mental porque es una montaña rusa de emociones.
-¿Qué dos escenas de la función elegirías?
Realmente de momento no tengo ninguna que me guste más que otra. Lo que me gusta mucho de la función es que estamos las 4 todo el rato en escena, y todo sucede en tiempo real. Es como un partido de tenis, no puedes despistarte ni un segundo. Es como el Fitzroy que tenemos que escalar, vas avanzando paso a paso, momento a momento, con tus compañeras, recogiéndonos unas a otras. Estás en una zona aparentemente más sencilla y de pronto ya estás en el siguiente tramo. Y este está helado… y ya estás ahí, sin darte cuenta. Y ahora tienes que echar el resto. Por ti y por ellas. Por esa montaña que tenemos que escalar juntas. Es un continuo ejercicio de confianza entre nosotras todo el rato. Es emocionante también en ese sentido.
CECILIA SOLAGUREN
-¿Quién y cómo es Ana?
Es una escaladora de élite. De profesión bombera. Es una mujer con mucha pasión por la Montaña, tiene mucha energía. Tiene algo de ingenua y, a veces, es un poco teatrera. Le gusta mucho teatralizar su vida. Le sucedió algo en el pasado que aflora en ese momento. En esta función las cuatro son imprescindibles. Unas son amigas de antes y otras se hacen amigas allí.
-Sergi Belbel ha comentado que “Es la obra más radical de Jordi Galcerán.
La historia es real, no hay ninguna entrada ni salida del escenario. Solo pueden subir o bajar”. Explícanoslo … Para mí, también es la obra más radical de Galcerán. No salimos del escenario hasta que termina la función. Esta historia genera mucha verdad. El público ve que estamos ahí, que no podemos salir y esa situación transmite mucha realidad.
-¿De qué nos habla principalmente la función?
Son cuatro personas con tiempo por delante que tienen que pasar ese tiempo y que, de alguna manera, vuelven a ser adolescentes. Me llama la atención como se habla mucho del “estamos en una difícil montaña, ahora”. Y cómo se trata el tiempo. El pasado existe pero ya no. El ahora es el ahora y exige estar pendiente con todos los sentidos, toda la atención, todo el rigor que tienes que tener para no dar un paso en falso. Y habla de cómo nos necesitamos los unos a los otros.
-¿Algunas de las frases favoritas de tu personaje son…?
-“Ni lo sabía ni tenía ganas de saberlo”. La define muy bien. Y, como es un mujer que siempre está narrando historias, creo que es muy suya la frase: ¿Os he contado alguna vez cuando?. La define mucho.
-¿Por qué deben ir a veros los jóvenes?
El público joven se va a divertir mucho y va a sentirse muy identificado con lo que nos ocurre. Es una función que combina realidad extrema con un enorme, bonito, tierno y ácido sentido del humor. Tiene muchos estilos. A veces es muy fino, es muy comprensible. Creo que muchos jóvenes hacen acampadas o se reúnen con amigos en casa y se van a identificar con esa sensación de reunirse y de tener tiempo por delante…
ANNA CARREÑO
-¿Cómo es Laura?
Es la más joven del grupo de escaladoras en el que se ha hecho un hueco. Es una chica sencilla, con carácter, que quiere llegar a su objetivo que es, en este momento, escalar el Fitz. Es lista, sabe hasta dónde quiere llegar. Como todas, tiene sus secretos y sus contradicciones. Laura admira mucho a sus compañeras. Al fin y al cabo, no está empezando, pero lleva menos tiempo escalando que el resto. Es una suerte compartir aventuras con ellas porque son amigas de las que aprende todo el tiempo. De montaña y de la vida.
-¿De qué temas habla “Fitzroy”?
Habla de la amistad, de la superación personal, del aprendizaje. De la vida, en definitiva.
-¿Qué destacarías de la dirección de Sergi Belbel?
Sergi tiene muy claro cómo quiere las cosas. Las ve en su cabeza antes de ponerlas en escena. Es muy inteligente y buen comunicador. Eso facilita que te llegue bien el mensaje. Provoca que siempre sepas donde estás y en qué intervalo de emociones te puedes mover.
-¿Qué nos puedes comentar de la puesta en escena: escenografía, iluminación…?
Me impactó muchísimo cuando vi la escenografía. Creo que al público le sorprenderá. Max Glaenzel ha hecho un trabajo espectacular. La luz de Kiko Planas también es muy detallista. Y el espacio sonoro, de Jordi Bonet, te mete de lleno en la situación.
-¿Cómo está siendo tu experiencia al trabajar junto a tus tres compañeras?
Es una suerte vivir esta oportunidad. No me imagino un espacio mejor para actuar en Madrid que con Amparo, Ceci y Ruth. Con ellas puedo escalar el Fitzroy o cualquier montaña que se nos ponga delante. Fotografías de David Ruano. Teatro Maravillas Meléndez.