Hablamos con la actriz sobre esta obra que indaga en la vida y en la personalidad de Carmen Díez de Rivera, la única mujer que llegó a ser Jefa del Gabinete de la Presidencia del Gobierno y en plena transición democrática. Una función dirigida por Fernando Soto cuyo reparto completan Ana Fernández, Oriol Tarrasón y Víctor Massán.

-En el escenario nos narráis los momentos álgidos de la intensa y desafiante carrera política de Carmen Díez de Rivera, fundamentalmente el periodo que trabajó en el Gobierno de Suárez, mientras recuerda los episodios íntimos que marcaron su desdicha y su carácter… ¿Qué más le podemos contar a los lectores sobre la historia de “Carmen, nada de nadie”?

La acción dramática de la función nace de la necesidad de Carmen de contar un pedazo de su historia al saber que le queda poco tiempo de vida. Digamos que el público asiste a un flash back donde la cronología de los sucesos históricos se rompe y está sujeta a la memoria de la protagonista. Un viaje por sus recuerdos llenos de vida, de esperanza, de frustraciones, de dudas…

Carmen, nada de nadie - Teatro Madrid

-Dicen que Carmen fue una mujer “feminista, arriesgada y muy libre”. ¿Qué otros adjetivos añadirías para describirla?

Carmen fue una mujer muy independiente y de unas fuertes convicciones personales sobre lo creía que era mejor para la España de la transición. Era muy consciente de la clase de la que provenía (la aristocracia). Quizá por eso defendía la igualdad y el compromiso con los más desfavorecidos. Incómoda, obstinada, inteligente, arrolladora. Hablaba varios idiomas, estudió Ciencias Políticas y tenía una gran formación intelectual. Fue visionaria en cuanto al feminismo y al medio ambiente en su etapa posterior en el Parlamento Europeo.

-Comenta Fernando Soto, el director de esta función, que “hablamos de nuestra historia reciente sin los complejos que a menudo parece que nos limitan. Quizá siguen existiendo heridas por cerrar. O puede que nos falte la voluntad por reconocer. Sobre todo hubo en aquellos años personas que creyeron en la construcción de una sociedad decente, más justa…”

Por supuesto. Había que llegar a acuerdos, a pactos entre personas muy alejadas ideológicamente. La calle estaba en ebullición, había peligro y en cualquier momento se podían desencadenar sucesos inesperados. No existía el sistema de libertades democráticas que conocemos y había que luchar para instaurarlo. Era necesario legalizar a todos los partidos políticos incluido el partido comunista y ahí Carmen jugó un papel fundamental.

-¿Cómo fue la relación que mantuvo Carmen con los personajes masculinos?

Aparecen Adolfo Suárez interpretado por Oriol Tarrasón y el Rey Juan Carlos (entonces príncipe), interpretado por Víctor Massán. Carmen y el Rey se conocían desde hace años y eran muy amigos. Es el rey Juan Carlos el que le propone a Carmen trabajar con Adolfo Suárez cuando era director de Radio Televisión Española. Ella acepta y conoce al que será el primer presidente de la democracia en España después de Franco.

-¿Qué tipo de relación mantiene Carmen con la otra protagonista femenina?

Ana Fernández interpreta a Sonsoles de Icaza, marquesa de Llanzol y es la madre de Carmen. La relación entre ambas mujeres es muy compleja. Carmen se rebela contra todo lo que representa su madre pese a haber sido educada en la aristocracia franquista. Pero lo que quiebra su relación para siempre es cuando Carmen descubre quienes son realmente su padre y su novio, con el que iba a casarse y del que estaba perdidamente enamorada.

-¿Por qué no debería perdérsela el público?

La función tiene algo que toca la fibra emocional y no solo de los que vivieron la época. Hay algo en nuestra memoria colectiva que resuena de una manera profunda, y eso es algo que yo como actriz lo percibí desde el primer día de ensayos. También creo que es muy bueno que la gente joven venga a ver esta función. Se encontrarán con un pedazo de la historia reciente de este país, algo que sus abuelos o bisabuelos vivieron. Podrán acercarse a la poco conocida figura de Carmen Díez de Rivera desde un punto de vista además muy humano, con sus virtudes y sus defectos, con sus sueños y sus traumas. Un viaje teatral maravilloso sobre el legado que nos dejaron personas que lucharon por la libertad. Del 10 de septiembre al 19 de octubre. Teatro Español (Sala Margarita Xirgu).