La actriz protagoniza esta versión del texto de Almudena Grandes escrita por Anna Maria Ricart Codina y dirigida por Carme Portaceli. Es una coproducción del Centro Dramático Nacional y el Teatre Nacional de Catalunya.

-¿Cómo describirías a Doña Aurora, tu personaje?

Es una mujer tremendamente compleja. No es solo la asesina de su hija, es alguien con la mirada puesta en el futuro, convencida de que tiene una misión en el mundo, que el destino de la humanidad depende de ella. Con un pasado carente de afectos, con una inteligencia fuera de lo normal, sus ansias de cambio derivan en una patología mental. Está llena de fuerza y de fragilidad.

-En la presentación de esta obra se comenta que “En 1954 Germán Velázquez vuelve a España desde su exilio en Suiza, donde ha pasado más de la mitad de su vida, para trabajar en el manicomio de mujeres de Ciempozuelos. Allí se reencuentra con Doña Aurora Rodríguez Carballeira, una parricida que él conoció en la clínica de su padre a los 13 años. Esta mujer le fascinó hasta tal punto que se convirtió en psiquiatra. A su vuelta, se encuentra con un país que ya no reconoce: la rotundidad del sol, la humillación de las mujeres, otras banderas, otros nombres en las calles… miedo, silencio… miseria.…”

Es un viaje hacia nuestro pasado y las secuelas que éste nos provoca.

-Según Carme Portaceli, “esta obra es el retrato de un país en los años 50 en el que las diferencias sociales e ideológicas son lo que determinan las relaciones humanas y en el que la sociedad es muy cruel”, ¿estás de acuerdo?

Completamente. Fueron tiempos en los que importaba mucho cuánto tenías, de qué familia venías, a qué bando de la guerra perteneciste…

-¿Cómo ve tu personaje la relación que mantienen Germán y María?

Cualquier relación afectiva representa para Aurora una debilidad, un signo de sentimentalismo, un espacio de fragilidad donde la inteligencia se pierde.

-La crítica ha considerado la novela de Almudena Grandes como un homenaje a todas aquellas mujeres represaliadas por el Franquismo. ¿Crees que también es la intención de la obra?

La mujer es muy protagonista en esta función. Es un retrato fiel de todas aquellas mujeres que lucharon, sufrieron, resistieron y se autosilenciaron por miedo en un tiempo en el que ellas no eran casi nada. No importaban.

-¿Por qué es necesario que se sigan llevando a escena textos como éste?

Creo que siempre es sano y necesario revisitar nuestro pasado para entender lo que somos hoy. Somos el resultado de nuestra historia que tiene muchísimas facetas que revisar y que escuchar.

-También comenta Portaceli que “esta obra es el fantástico retrato de la España de los años 50 vista por alguien que se ha educado fuera de este país, que ha estudiado y ha crecido fuera de él. Todo aquello que es normal en cualquier contexto, sucede aquí de una manera peculiar”. ¿Qué añadirías al respecto?

Creo que es muy inteligente que alguien que viene desde fuera se reencuentre con su país y sea testigo de los cambios que ha sufrido. Lo que España vivió durante aquellos terribles años era inimaginable para quienes no estaban dentro. La imagen que se podía tener desde fuera no se correspondía en absoluto con la realidad.

Completan el reparto Pablo Derqui, Macarena Sanz, Gabriela Flores, Belén Ponce de León, José Troncoso, Ferran Carvajal, Jordi Collet y David Fernández “Fabu”.

El Espacio escénico es de Paco Azorín y Alessandro Arcangeli, la Iluminación de David Picazo y el Vestuario de Carlota Ferrer. Fotografías de ensayos. Hasta el 12 de Noviembre. Teatro Mª Guerrero.