Carlos Sobera protagoniza y ha coproducido esta comedia que interpela al público para hablarle sobre las nuevas formas de relacionarse y sobre la fuerza de la amistad. Dirigido por Juan Luis Iborra, el elenco lo completan Ángel Pardo, Elisa Matilla, Lara Dibildos, Silvia Vacas y Arianna Aragón.
-¿Cómo es Alfi? ¿Qué le ocurre en esta historia?
Alfi es un perfecto inmaduro, un hombre que no ha crecido, que sigue teniendo el síndrome de “Peter Pan” y que no ha superado todavía que su mujer le abandonara. Todo esto le ha llevado a una vida amorosa conflictiva.
-En esta obra, cuatro mujeres reales y una virtual les van a descubrir a los dos protagonistas el lugar que han tenido en sus vidas. Háblanos un poco de estas mujeres…
Son peculiares. Cada una representa un tipo de mujer. Una es “feminista y activista”, otra es “pija”, otra es una “ex diva” y otra es una “mujer normal”. Cada una de ellas representa un modelo de entender también las relaciones con los hombres y cada una de ellas tiene algo que enseñarle a Alfi y a Fideo, los dos protagonistas masculinos de la función.
-¿De qué temas nos habla?
Del amor, de la comprensión, de la soledad, de la falta de entendimiento a veces entre el lenguaje femenino y el masculino, de la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos, de los clichés y de los mitos que conviene destruir sobre las relaciones entre hombres y mujeres… Pero, afortunadamente, lo hace siempre desde la alegría y la comicidad.
-¿Qué tipo de relación mantiene tu personaje con el de Fideo?
Fideo y yo somos dos viejos amigos del colegio que hacía tiempo que no nos veíamos y que tenemos en común la gran amistad que hay, no sólo entre nosotros, sino también la que había entre nuestras respectivas mujeres. La mía me abandonó hace tiempo y la suya le acaba de abandonar ahora, dando lugar a que se refugie en mi casa. A partir de ahí, los fantasmas vuelven otra vez a la mente de nuestros protagonistas, especialmente de Alfi.
-Una de tus escenas favoritas se produce cuando…
Sin duda, mi escena favorita es la final, cuando, después de pasar por todo tipo de vicisitudes cómicas y no tan cómicas, los personajes se sinceran y se encuentran con su propia verdad y no tienen más remedio que afrontarla y vivirla juntos. Vuelven a sentirse unidos como amigos para siempre.
-Comenta Juan Luis Iborra que “Inmaduros es un retrato vodevilesco sobre la masculinidad en su estado más primitivo. Las mujeres protagonistas les plantan cara a los hombres llevando la obra a situaciones de la alta comedia, del vodevil y del teatro del absurdo”…
No hay que obviar que los dos protagonistas masculinos son “cincuentones” y que están acostumbrados a ver de otro modo la vida y las relaciones sentimentales entre hombre y mujer, pero igualmente son dos personajes muy tiernos. No son cafres ni burros, son sencillamente torpes y tienen la gran virtud de que son capaces de aprender de todo lo que les han enseñado las mujeres.
-¿El ser una persona tan popular como tú ayuda a que los espectadores vayan a ver una función o es un arma de doble filo porque te exigen mucho más como actor?
La verdad que el ser popular y, sobre todo, el ser querido por el público, nunca es un arma de doble filo. Siempre es una llave que abre la puerta del Teatro y de cualquier proyecto que uno inicie, porque la gente tiene ganas de verte, confía en ti y te otorga credibilidad. Se acerca allí donde estés. Luego te piden, como al resto de los actores, que lo hagas bien porque ese es nuestro deber.
-¿Sigue siendo necesario producir Teatro para poder representar las obras que uno quiere?
Creo que no es necesario producir teatro para hacer las obras que uno quiere, lo que pasa es que cuando uno quiere hacer cierto tipo de obras, no tiene más remedio que producirlas.
Por otra parte, siempre he dicho que es mejor subir a los árboles a recoger los dátiles que esperar a que otros te recojan la cosecha. Además, personalmente pienso que, es tan divertido producir, tan emocionante, se corren tantos riesgos, sube tanto la adrenalina y hay que luchar contra tantos elementos, que no deja de ser una aventura como las de los cowboys del antiguo oeste americano.
-¿Qué tipo de Director es Juan Luis Iborra? ¿En qué se ha centrado con vosotros?
Juan Luis Iborra pertenece a la categoría de los “buenos directores”. Eso es lo que es. un buen director. Es un hombre sensible, capaz de entender muy bien los personajes, con concepto escénico y concepto de espectáculo… También sabe leer muy bien los códigos de los actores, los verbales y los no verbales, y conducir con absoluta maestría, firmeza, elegancia y pulcritud a los actores en escena. Es una coproducción de Arequipa Producciones, Pentación Espectáculos y Teatro El Nacional Producciones.