Cayetana Guillén Cuervo, Chevi Muraday, Elio Toffana, La Merce, Basem Nahnouh y Chus Western llevan a escena esta pieza de teatro-danza escrita por Laila Ripoll y cuya coreografía es una creación de Chevi Muraday.  

-En el escenario nos narráis que “Pandataria es una isla situada frente a la costa de Nápoles que se utilizaba como cárcel para las patricias romanas. Julia la Mayor fue la primera y tras ella su hija y su nieta en distintos momentos de su vida. La vida en el exilio en una isla tan pequeña y sin posibilidad de salir podía llegar a ser muy aburrida y asfixiante. Pero Pandataria llegó a representar el paraíso de los olvidados, la isla de los que sobran, de los que tambalean el mundo, de los que no son válidos…”

Pandataria es el detonante de una serie de historias fascinantes y terribles que sucedieron en el Imperio Romano. De una forma transversal el elenco transitamos entre varios personajes que deciden de alguna forma las bases de la civilización en la que vivimos, desde una conversación entre César Augusto y Julia la Mayor hasta la huida de Úrsula Hirschman con el tratado de Ventotene, el reencuentro entre Agripina la Mayor y Séneca, el juicio a todas estas mujeres de parte de  los Césares que apoyaron la ley Julia sobre el adulterio. Los 5 césares son esas 5 bestias que es el significado de Pandataria en Latín.

-¿El tema principal de la función es..?

Que la diferencia hace mejor a una sociedad.

-En Pandataria también vivieron los presos Altiero Spinelli, Ernesto Rossi, Eugenio Colorni y Ursula Hirschman que la convirtieron en una isla de ideales, escribiendo -en papeles de cigarrillos y escondidos en una caja con doble fondo- el famoso Manifiesto de Ventotene con la esperanza de construir la Unión Europea a partir de sus cenizas… ¿De qué forma abordáis este acontecimiento histórico en el escenario?

Hay un cambio muy radical que marca el espacio. Durante la pieza el paisaje escénico se va transformado orgánicamente como un intérprete más. La época contemporánea se establece a través del personaje de Úrsula, de la música de Elio Toffana y del sentido del discurso.

-¿A qué personajes das vida?

Junto a Laila Ripoll (la dramaturga) y David Picazo (el director) decidimos que  saltaríamos de un personaje a otro. Yo soy Claudio el Dios, una de las 5 bestias y soy Séneca. Él también sufrió el exilio y es el hombre que camina junto a la mujer, el que siente y necesita su cobijo. Y soy Eugenio Colorni, marido de Úrsula, que estuvo en Ventotene encarcelado. Es el que construye junto a su mujer una Europa sin fronteras.

-El elenco es el primer símbolo de la diversidad que queréis transmitirnos. Está formado, además de por ti, por Cayetana Guillén Cuervo, Elio Toffana, La Merce, Basem Nahnouh y Chus Western. ¿Qué destacarías de ellos?, ¿Por qué los has elegido?

La elección del elenco no fue fácil. Tenía muy claro que cada uno de ellos perteneciese tenía que trabajar con un vocabulario completamente distinto. No quería la unidad, buscaba la diferencia, no solo en su forma de interpretar o de bailar, si no que sus biografías no coincidiesen en absoluto, que viniesen de lugares distintos del mundo, con diferencias culturales y experiencias que pudiesen aportar algo nuevo a la función. Han sido piezas imprescindibles para la creación.

-¿Cómo son los personajes de Julia, Agripina y Úrsula que interpreta Cayetana Guillén Cuervo?

Para mí son todas una. Siempre me interesó esa espiral al destierro al que todas fueron obligadas. Imagino a todas esas mujeres que se defendieron y plantaron cara al Imperio asomadas al mismo precipicio, azotadas por el mismo viento, pisando las huellas de sus madres, las que las precedieron.

-La crítica ha comentado que tu coreografía no da “tregua alguna” en el ritmo que hay en el escenario. ¿Estás de acuerdo?

Estoy de acuerdo en que es un viaje o, al menos, así lo vivimos nosotros. La pieza es muy exigente tanto física como interpretativamente. El público debe vivirla igual que nosotros. Pero también contiene mucha poesía y calma.

Siento que es una pieza muy necesaria en este momento porque lanzamos preguntas para que cada uno busque su propia respuesta. Yo encuentro en cada función una justificación completamente honesta del porqué he creado “Pandataria”.

-¿Al ritmo de qué estilos musicales danzaréis sobre el escenario?

Mariano Marín y yo llevamos muchas producciones juntos. Hemos establecido una forma de trabajo en la que Mariano traduce en partitura cada una de las escenas planteadas. Aquí yo necesitaba sonidos ancestrales muy de la tierra, que nos transportasen a esa Isla, que se convirtiesen en ritmos y texturas más contemporáneas en las que Elio Toffana pudiese apoyarse y pudiese cantar, rapear, y convertir la escena en algo más urbano.