Protagoniza esta obra basada en “La Tribuna” de Emilia Pardo Bazán. coincidiendo con el centenario de la muerte de esta escritora tan importante en la historia del feminismo y de la literatura de finales del siglo XIX y principios del XX. En el montaje, que ha recibido numerosos premios, siete actrices dan vida a 11 personajes femeninos. Les ha dirigido Cándido Pazó.
-Preséntanos a Amparo, tu personaje
Es una mujer joven, valiente, orgullosa. Una persona llena de liderazgo y ambición. También inocente y generosa. Pertenece a las primeras generaciones de mujeres asalariadas del S. XIX y en esta historia se mezcla lo personal y lo político. Amparo paladea una vida mejor, un “ascenso social” pero se da de bruces con un país que, a pesar de los amagos de cambio, no acaba de evolucionar. Pero ella no se resigna. Lucha.
-Si tuvieras que narrarle brevemente a nuestros lectores el argumento de esta obra…
Se narra la historia de la primera huelga de mujeres de Europa desde un juego formal que combina lo colectivo, el grupo de mujeres que trabaja en la fábrica, y lo privado: la historia de amor de Amparo, que le hace soñar con que son posibles una vida y un mundo mejor. Las dos perspectivas se nutren de la utopía y la ilusión para fermentar un punto de tensión constante.
-Comenta el director que “Es un texto que aborda ante unas figuras (la de la Pardo Bazán y la de las cigarreras), unas situaciones y unas referencias históricas de gran interés cultural. Figuras, situaciones y referencias que dan pie a tratar temas totalmente vivos hoy en día: memoria colectiva, perspectiva de género, dialéctica de modelos sociales y políticos..”, ¿Qué añadirías?
Que es algo que sentimos en cada función. El público recibe el espectáculo como un artefacto directo y certero al corazón y al recuerdo personal. En lo social y en lo político porque nos habla de la precariedad del trabajo femenino, la dificultad de criar y trabajar, la tensión entre tecnología y las personas que ocupan los puestos de trabajo que ésta quiere abaratar… Todo suena al dos mil veinticuatro de cualquier país occidental. También habla del amor, de la ilusión, de la amistad y de la infinita fuerza motriz que tenemos las personas y, en concreto, las mujeres, cuando establecemos alianzas para trabajar por lo colectivo.
-Emilia Pardo Bazán está presente en esta versión. ¿Qué papel juega en el desarrollo de la historia?
Es la maestra de ceremonias que contempla a sus personajes, que nos ayuda a contextualizar y enmarcar la narración en un juego formal hermoso que abre la puerta a que los propios personajes se rebelen contra el poder político.
-Dos de tus escenas favoritas se producen cuando…
Las cigarreras se amotinan. Y cuando se unen para juntar dinero para ayudar a una compañera.
-¿De qué forma se manifiesta en escena el sentido del humor y el sarcasmo tan habituales de su escritora?
Creo que Cándido ha sabido crear a todos los personajes dándoles mucha verdad y mucha astucia y eso hace que se abra la puerta a que todas puedan ser heroínas, mezquinas, graciosas, intensas…El sentido del humor, más allá de que haya personajes construidos con ironía y descaro que funcionan mejor en el humor, aparece porque la obra es un poco como la vida misma. Y en la vida se mezclan continuamente la comedia y el drama.
La llevan a escena también Susana Dans, Isabel Naveira, Ledicia Sola, Covadonga Berdiñas, Ana Santos y Mercedes Castro.