El tándem Albert Boadella-María Rey-Joly repite su exitosa fórmula: un drama psicológico en el que las emociones se expresan a través de la música.
Ella (Rey-Joly) está acompañada en escena por dos músicos (Rubén Sánchez-Vieco al piano y Alfredo Ancillo con el violín). A lo largo del relato y en torno al acontecimiento traumático se crea un juego que nos permite asistir al presente, pasado y futuro de esta mujer. Todo ello es posible porque la música siempre nos desplaza a una relación indefinida con el tiempo.
En un juego de ida y vuelta, el personaje de esta mujer sin nombre, que pasa del canto a la palabra y de la palabra al canto, va interpretando canciones de compositores como Poulenc, Schubert, Strauss, Bernstein, Britten, Saint-Saëns o Kurt Weill, temas que, según resalta Albert Boadella «se convierten para el personaje en el grito de libertad».
«Esta mujer -explica el dramaturgo- se enfrenta al asalto recomponiendo otra dimensión distinta del tiempo como una evasión a la feroz presencia del acto. Su mente se defiende creando otra realidad y refugiándose en gestos y expresiones de su vida cotidiana muy vinculados a la condición femenina. De esta forma repele la violencia y trata de restaurar desde el primer momento las heridas mentales causadas por un acto de esta naturaleza». Del 26 de febrero al 9 de marzo. Teatros del Canal.