“He querido que los espectadores se acerquen a ver en directo cómo se llevó a cabo la producción de “Lo que el viento se llevó” casi a tiempo real, pudiendo seguir paso a paso cada uno de los obstáculos que hubo que sortear para conseguir llegar a hacer una de las películas más icónicas y emblemáticas de todos los tiempos… Yo estoy convencido de que hoy esta comedia sorprenderá, no sólo por su hilaridad, sino por la profunda humanidad, pasión y ternura de sus personajes..”, comenta José Troncoso, director y autor de la versión de “Moonlight and Magnolias” de Ron Hutchinson. Una historia emocionante llena de humor que llevan a escena Gonzalo de Castro, Pedro Mari Sánchez, José Bustos y Carmen Barrantes.
GONZALO DE CASTRO
-¿Quién y cómo es David O. Selznick, tu personaje?
Es un productor de los años 20-30 del cine de EEUU. Un tipo complicado, temperamental, tremendamente competitivo, con un gran sentido del mundo del espectáculo. Era yerno del señor Louis B. Meyer, el Dios del cine (al que le tenía mucha manía).
Tuvo que hacerse a sí mismo, tuvo que hacerse un hueco en ese mundo de Hollywood.
-¿Qué tipo de relación mantiene tu personaje con los personajes de Ben Hetch, Víctor Fleming y la Srta. Poppenghul?
Con la Srta. Poppenghul (nombre que le puso el escritor) tengo una relación de complicidad. Es mi secretaria, confidente, cómplice y amiga. Entre ambos han convencido al excelente guionista Ben Hetch y al talentoso, aunque de carácter imposible director Victor Fleming, a escribir ese guión de la película “Lo que el viento se llevó” durante cinco días, a base de plátanos, cacahuetes y café como alimentos.
-El rodaje de “Lo que el viento se llevó” es un auténtico desastre. El productor cinematográfico David O. Selznick ha decidido frenarlo en seco para poder reconducirlo y que la película no deje de ser la que él siempre soñó. Pero el tiempo corre en su contra y cada segundo de parón le está costando una auténtica fortuna… Termina despidiendo a George Cukor para poner al frente del proyecto a Víctor Fleming con un temperamento insufrible… ¿Qué más le podemos contar a los lectores sobre la historia de esta función?
Fleming es un director con una trayectoria complicada y no está tan en contra al principio de rodar “Lo que el viento se llevó”. Yo soy su jefe y me obedece. Es más maleable. Es un señor que trabajaba a las órdenes de quien le daba de comer. Pero Ben Hetch se opone desde el principio porque para él en realidad esta historia pretende blanquear el esclavismo, la Guerra y no quiere aceptar el proyecto. No le gusta ni Vivien Leigh como actriz.. Selznick les encerró en su despacho y, para convencer a Hetch, tuvo que disfrazarse de Escarlata O´Hara, contando escena por escena la película. Al igual que ella, no parará hasta conseguir lo que quiere y se saldrá con la suya cueste lo que cueste.
-¿Consideras que estos cuatro personajes están llenos de pasión y son muy tiernos?
Están llenos de pasión en lo que creen, en el reto que tienen. ¡Ojalá hoy en día fuese así.!. Estaban convencidos realmente de que lo que hacían era necesario y tenían una gran confianza en sí mismos. Estaban llenos de furia y de rabia. También son tiernos porque están algo desprotegidos. Tienen sus miedos, sus errores, sus pánicos, sus abismos. Tienen que engañar, mentir y presionar para que todo converja. Está muy bien narrado en la adaptación de José Troncoso.
-¿Dónde reside el humor de esta obra?
Está muy bien definido por los cuatro actores. El ritmo y la velocidad con los que se narra la función requieren un “trote” en la comedia para que no se caiga y ya ver cómo se desarrolla la historia es divertido. Nosotros procuramos interpretar cada escena de forma convincente porque es la propia escena o la propia atmósfera lo que lleva a momentos hilarantes. Es un humor muy físico. El público se lo pasa muy bien viendo lo que ocurre en el escenario.
-Según Daniel Anglès, adaptador al castellano, “Esta función es una declaración de amor al celuloide que reflexiona sobre la creación, el compromiso, el punto de vista, el éxito, el público y todo lo que gira alrededor del séptimo arte…A contrarreloj, la creación de una de las películas más importantes de la historia puede parecer el disparate más grande del mundo”, ¿Qué añadirías al respecto?
Sí. Celebra el mundo del celuloide, del compromiso y de la faceta creativa de los profesionales. También habla de lo que significaba el éxito y del punto del vista del público. Pero también “Y… lo que el viento se llevó” es un homenaje al Teatro. Explicamos el lenguaje cinematográfico a través del Teatro. Es el Teatro hablando del Cine porque ambos están hermanados.
PEDRO MARI SÁNCHEZ
-¿Cómo describirías a Ben Hecht?
Es un prestigioso guionista de esa época del cine de Hollywood. Ganó muchos Oscars y escribió 70 guiones y 35 películas. Amigo de David O. Selznick, que fue el productor de muchos de sus guiones.
Es un intelectual, muy comprometido con las causas sociales y, en concreto, con la defensa de los derechos de los judíos en Hollywood que en aquella época no tenían acceso a muchas cosas ni a muchos lugares. Él estaba muy comprometido, al contrario que Selznick al que le preocupaba mucho más su negocio que la causa.
-Comenta José Troncoso que “Quiero recrear sobre el escenario un plató cinematográfico del Hollywood dorado de aquellos años y dejarles ver a los espectadores que, oculto tras ese barniz deslumbrante, se escondía la tremenda fragilidad de estos cuatro personajes, que nos harán reír y enternecernos a partes iguales con la poética de su colosal intento…”, ¿estás de acuerdo?
La sugerencia de un plató es lo mejor para narrar esta historia. Están los elementos que habría en el despacho de un gran productor pero situados de forma poética. Van cambiando de lugar según va transcurriendo la función para dar una idea clara de la locura en la que están metidos estos cuatro. Trabajando día y noche, sin descansar, ya no saben ni donde está situado cada objeto. Todo mezclado de tal forma que nos permite evocar ese mundo de ensueño del que hablan estos personajes. Unos a favor y otros en contra, pero todos con mucha pasión.
-¿Cuáles son los principales temas que abordáis en el escenario?
Es una historia de una pasión común que es el cine entre personas que tienen eso en común, pese a sus diferentes personalidades. Se habla de amistades, se habla de lo que alguien puede entender como una traición si no piensa como tú. Son distintas maneras de ver el Mundo. Es una historia apasionante de puro Teatro hablando de puro cine.
No hay que perderse esta función porque es una oportunidad de ver el rodaje de “Lo que el viento se llevó” que no es conocida. Tiene su propio interés. Es una obra llena de humor y de ternura.
-¿Qué tipo de relación mantenía Ben Hecht con Víctor Fleming?
Tenía una relación poco amistosa. Se tenían bastante tirria. Y encima se ven encerrados en esta situación absurda por lo que era difícil mejorar su relación allí.
-La Escenografía es de Silvia de Marta, el Vestuario de Guadalupe Valero y la Iluminación de Javier Alegría. ¿Qué destacarías de los elementos escenográficos?
Se mezclan objetos auténticos como una máquina de escribir que a veces funciona y otras no con otros sugerentes. No es un lenguaje realista o naturalista. La Iluminación es magistral. Es una producción de Focus.