Ignacio García dirige esta nueva producción del Teatro de la Zarzuela de la popular obra de Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw cuya música compuso Jacinto Guerrero.
-¿Cómo les resumirías a los lectores la historia que nos narra esta producción de “La rosa del azafrán”?
La trama es muy simple y cuenta los amores de dos mujeres, una rica y otra pobre, hacia el mismo hombre, que duda y no sabe qué hacer en ese dilema. Todo ello en medio de un ambiente rural manchego en el que las labores del campo y el esfuerzo y el trabajo de sus gentes van marcando el paso del tiempo.
-Los temas principales que aborda esta obra son el impedimento que supone la diferencia de clases para que una historia de amor triunfe y la fragilidad del amor en sí. ¿De qué otros temas consideras que nos habla “La rosa del azafrán”?
En efecto habla de esa diferencia de clases y de una sociedad vinculada al campo en la que importa mucho el qué dirán y lo que los demás opinan sobre cada acción. Habla también del esfuerzo de las gentes del campo que son un ejemplo de dignidad y de los pequeños dramas y alegrías que se trenzan alrededor de una casa solariega en la que, entre otros productos, se cultiva y monda el azafrán. La obra consigue que estos humildes elementos se eleven a símbolos poéticos, como la flor del azafrán es símbolo de fragilidad y de lo efímero que es el amor.
-¿Cuáles son las principales diferencias de esta producción?
La producción es enormemente respetuosa con la original. Se han cortado algunos fragmentos de los diálogos, añadido algunas citas quijotescas a las del original y hay un homenaje a la música popular de la que se inspira Jacinto Guerrero. Lo que presentamos es la obra como fue concebida, una obra cumbre del género y uno de los ejemplos más virtuosos del prodigio que es nuestra Zarzuela.
-¿Por qué crees que puede emocionar al público?
A mí lo que más emociona es la verdad profunda de las gentes y sus sentimientos, y que cuenta una historia con la que todos nos podemos identificar porque conocemos a sus gentes como a nuestros propios abuelos, que nos hablan desde el escenario con la verdad del campo y su labor.
Y la música de Guerrero en esta inspiradísima partitura emociona y conmueve con melodías que brotan de los cantos de la tierra y de las celebraciones en los pueblos por las cosechas y las fiestas. La zarzuela es el pueblo que canta y que baila.
-¿Cómo describirías a Sagrario y Juan Pedro, sus protagonistas?
Son gentes nobles que representan la dignidad del esfuerzo del campo y su labor, sea ella propietaria de una casa solariega y sus terrenos, o él el capataz que los trabaja. Son duros, sinceros, cumplidores de su palabra (lo que no es poco en estos tiempos que vivimos) y al mismo tiempo seres frágiles y necesitados de amor y compañía que les acompañe en el desempeño de sus agotadoras labores.
“La Rosa del Azafrán” está protagonizada por Yolanda Auyanet y Carmen Romeu (alternándose en el personaje de Sagrario); Juan Jesús Rodríguez y Rodrigo Esteves como Juan Pedro; Carolina Moncada como Catalina; Ángel Ruiz es Moniquito; Vicky Peña da vida a Custodia; Juan Carlos Talavera interpreta a Carracuca; Mario Gas es Don Generoso; Pep Molina da vida a Miguel y Emilio Gavira a Micael.
-¿Qué tipo de música ambienta esta Zarzuela?
Un panorama luminoso y formidable de la música popular reformulada por Guerrero de una manera muy original. Con una dimensión sinfónica y operística nos va presentando jotas, seguidillas, cantos populares que La Mancha (como los otros pueblos de España) le ha ido regalando a la zarzuela y hacen de ella un género diferente a cualquier otro en el mundo, popular como la opereta o el singspiel pero aferrado a la tierra. José María Moreno es el director musical.
-¿Cuáles son los principales motivos por los que aceptaste dirigir esta Zarzuela?
Adoro la zarzuela y dedico buena parte de mi vida y de mi carrera a dirigirla en el mundo entero porque representa la dignidad de lo popular y de nuestro inmenso y luminoso folclore, la esencia de lo mejor que es nuestro país y sus gentes. Además, el Teatro de la Zarzuela es la casa del género y la mía, y siempre deseo volver allí por lo que significa reencontrarme con todo su equipo, desde el fantástico coro a los equipos técnicos. En este caso además de todo ello se une un título que me encanta y un formidable reparto de cantantes y actores inigualable. Bocetos de escenografía de Nicolás Boni.
Es una producción del Teatro de la Zarzuela.