Con la dramaturgia de José Padilla y de la compañía Grumelot se estrena esta ficción documentada que celebra los más de cuatro siglos de historia del Teatro Español, considerado el teatro en activo más antiguo de Europa. La llevan a escena Bentor Albelo, Pablo Chaves, Marc Domingo, Carulla Mariano Estudillo, María Gálvez, Carlota Gaviño, Pepe Hannan, Javier Lara, Cristina Martínez Gutiérrez y Mikele Urroz. ÍNIGO RODRÍGUEZ-CLARO, su director, nos desvela todos los detalles de esta curiosa producción del Teatro Español y Grumelot que desafía las normas del tiempo.

-¿Qué vais a narrar desde el escenario?

Celebra los más de cuatro siglos de actividad ininterrumpida del Teatro Español y cuenta la historia de cómo un edificio sobrevive a los envites del tiempo y de cómo se relaciona con quienes lo habitan y lo aman. El espectáculo invita al público a una fiesta en homenaje a todas las personas que han pisado este espacio tan popular como sagrado. Desde su inauguración en 1583 hasta nuestros días, el Teatro Español ha sido testigo de excepción de la historia del teatro en España y de los sucesos sociopolíticos y culturales más relevantes de nuestro país. En este viaje fascinante, artistas, gestores, arquitectos, técnicos o investigadores han hecho posible la conservación, preservación y transformación de este Ave Fénix, que ya ha resurgido victorioso en múltiples ocasiones de sus cenizas. Con este espectáculo,  Grumelot quiere visibilizar y honrar a todas esas mujeres y hombres que han conseguido mantenerlo en pie.

Podemos asegurar buenas dosis de emoción al oír, ver y sentir a muchos de los personajes más influyentes para la historia del teatro en España en los siglos XVII, XVIII, XIX y XX.

Comentáis que “Este espectáculo podría ser un ejercicio de memoria colectiva y emotiva a través de las ficciones que han atravesado el espacio físico del Teatro Español…”, ¿de qué ficciones nos hablaréis?

Elaboramos ficciones con respecto a la construcción del edificio como referente y seña de la historia del teatro español. A partir de una minuciosa investigación histórica, jugamos a imaginar cómo el Corral del Príncipe se transformó en Coliseo del Príncipe, como el Coliseo del Príncipe se tornó Teatro Príncipe, y como este, finalmente, acabó convirtiéndose en el Teatro Español que hoy conocemos. Esta evolución arquitectónica está asociada a cambios culturales, históricos y artísticos. Y la propuesta de Grumelot pone en diálogo a los trabajadores y trabajadoras del teatro, a arquitectos, a políticos, entre otros, para entender cómo el Teatro Español se ha consolidado como uno de los referentes de la evolución de la Comedia Nueva al Teatro Neoclásico, de éste al Romanticismo, del Realismo a las vanguardias de principio de siglo y de ahí a lo que entendemos hoy como teatro contemporáneo. Además, la historia del Español está también ligada indisolublemente a la de las obras que se han estrenado sobre sus tablas, y algunas de esas obras y fragmentos de esas historias también están presentes en la pieza. Para nosotros ha sido muy importante seguir el hilo, por ejemplo, de La dama boba de Lope de Vega, que se estrenó en el Corral del Príncipe en 1613 a cargo de la compañía de Jerónima de Burgos y su marido Pedro de Valdés y que, desde entonces, ha seguido siendo puesta en escena con éxito por algunas de las compañías más importantes de los siglos posteriores. 

-¿Cuáles son vuestras principales intenciones al llevar a escena esta función?

Con el equipo de Grumelot, a través de estos dos años de investigación, creación y producción del espectáculo hemos tratado de entender cuáles son las constantes del teatro en España desde 1583 hasta 2023. Y hemos llegado a conclusiones muy diversas. Una de ellas es que la esencia del rito entre intérpretes y espectadores, no ha cambiado. Han cambiado las formas, pero no el fondo. El impulso de los creadores, empresarios y trabajadores de todas las áreas vinculadas al hecho teatral, su resiliencia y su capacidad numantina de resistencia es inherente al teatro en España. Su capacidad para sobreponerse a acontecimientos históricos, guerras, invasiones, poderes fácticos y censuras de todo tipo es digna de admiración. También nos fascina la constatación, a través de la investigación, de que hay algo de “milagroso” en que el Teatro Español siga en pie. Una concatenación no solo de decisiones y acciones humanas, sino también de circunstancias, de imponderables y azares ha permitido que hoy podamos asistir a esta función, y a todas las que ocurren en el Español.

Por otro lado, nos interesa compartir con el público la parte material de nuestro oficio. El teatro se hace con “cosas”, se concreta en lo material, y otra constante a lo largo de los 440 años de historia del Español es la precariedad a la que se enfrentan los artistas una y otra vez a través de los siglos, el parche berlanguiano para resolver los problemas económicos, vinculados a la creación, pero también a la conservación del edificio.

 

Finalmente, la obra es también una oda a la naturaleza colectiva y colaborativa del teatro. El teatro lo hacen grupos de personas que piensan juntas, y comparten esa experiencia con otras personas. Citando a Mayorga: “el teatro como una asamblea en que unos seres humanos, los actores, se separan de otros, los espectadores, para frente a ellos, contra ellos, representar ficciones que permitan examinar posibilidades de la vida humana.” 

– ¿Qué destacarías de la escenografía diseñada por Elisa Sanz?

De Elisa Sanz destacaría todo. Más allá de su creación. Elisa es una artista y creadora nata. Conoce el medio, conoce los espacios, conoce los materiales, conoce la historia del teatro, trabaja mano a mano con los equipos que le rodean. Creo que en mi trayectoria no he conocido a alguien más comprometida con su trabajo que Elisa Sanz. Su amor y dedicación a sus áreas no tienen límites. Puede dedicar muchísimo tiempo a un detalle que ocupa un minuto en la función, lo mismo que gestiona la implementación de toda una escenografía en plano. Elisa vuelca sus ideas en lo material. Es una creadora sin límites, que resuelve los problemas jugando con las limitaciones. Y además reivindica hasta el extremo las buenas condiciones para el trabajo, para los trabajadores… Está bregada en todo tipo de experiencias profesionales y anticipa los problemas antes de que nadie los vea. Es un seguro de vida. Y una poetisa del espacio. Todo al mismo tiempo. No creo que hubiéramos podido realizar este proyecto con ninguna otra escenógrafa o escenógrafo. Era, y será la persona. ¿Quién mejor para visualizar en un espacio 440 años de historia del Teatro Español?. Solemos decir que “Elisa no gana premios, los colecciona”.

 

El Diseño de vestuario es de Igone Teso, el Diseño de espacio sonoro y la composición de la música original de José Pablo Polo, el de Iluminación de Álvaro Guisado, el de audiovisuales de La dalia negra y el de video mapping de Jorge Vila