Cris Blanco, Julia Rubio y Elena González llevan a escena esta obra escrita y dirigida por Vanessa Espín.

Nos habla de valentía y ausencias. De ausencias que dejan rastros de dudas, de miedos, de vergüenza y de dolor. Es la aventura de una heroína, Valeria, que lucha contra el dolor del abandono buscando a un padre que desapareció cuando ella no había nacido. ¿Qué hacer con todo ese pasado? ¿Cómo afrontarlo? ¿Cómo gestionar las herencias familiares, sobre todo el miedo heredado y la necesidad de enfrentarnos a él para construir nuestro propio destino.

Si bien el motor de la obra de Tirso de Molina es el afán de la astuta doña Juana por reconquistar a su amor a través del artificio y el ingenio, Las pequeñas mudanzas aborda la historia de una mujer que ha crecido sin padre, de sus mudanzas afectivas, de la consciencia del abandono, de su amor, de su miedo a vivir, de su odio y de su venganza. La protagonista ha aprendido la valentía del personaje que creó Tirso de Molina en su Don Gil de las calzas verdes y, con sus ecos, nos habla del aprender a decir adiós.

La directora Vanessa Espín explica que «quiero contar la historia de una mujer que ha crecido sin padre. Quiero hablar de las mudanzas afectivas que se convierten en abandonos y nos llevan al primer abandono. Ese que es nuclear y que nos marcó para siempre. Quiero hablar de los abandonos en mi familia. De las mudanzas familiares. Quiero hablar de vivir, de amar, del miedo a vivir. Del odio y de la venganza. Quiero hablar de las rupturas. Quiero hablar del adiós y de la puerta que se abre después del adiós».

Es una producción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y ElenArtesescénicas. Colaboración en la plástica escénica y vestuario de Elisa Sanz, Vestuario de Malena Láinez, Asesoría de iluminación de Pedro Yagüe, Movimiento de Amaya Galeote, Composición musical y diseño de sonido de Antonio de Cos y Videoescena de Alba Trapero. Una pieza original que dialoga desde la contemporaneidad con nuestro legado clásico, en este caso con Don Gil de las calzas verdes de Tirso de Molina, obra dirigida por Sarah Kane y actualmente representándose en la sala principal del Teatro de la Comedia. 

El espacio escénico se concreta en un suelo rojo y un telón de fondo pintado. En el centro una acumulación de objetos embalados con papel y cuerda. El movimiento de los objetos embalados transforma el espacio en cada escena y el embalaje facilita la acción de rasgar y romper descubriendo aquellos objetos necesarios para la acción. «El tiempo y el espacio en esta obra son como el cielo de una tarde en un pueblo en verano. En el espacio hay restos de distintos hogares esparcidos. Hogares que no son casa, una cheslong, ajuares, maletas, baúles. Todo irá cambiando de forma, de color, de tiempo y de elementos. Son mudanzas como metáfora de conflicto. El espacio incide en esta fragilidad y transitoriedad de lo cotidiano, precisamente deteniendo el flujo de lo temporal al anular el estado efímero que normalmente tienen los objetos empaquetados», declara Vanessa Espín. Fotografías de Sergio Parra. Del 13 al 30 de marzo. Teatro de la Comedia (Sala Tirso de Molina).