La gran actriz protagoniza esta obra escrita y dirigida por Juan Mayorga. Una comedia sobre la soledad, la vejez y sobre los difusos límites entre la realidad y la imaginación. Está protagonizada también por Juan Codina, Paco Ochoa, Juan Paños, Marisol Rolandi y Juan Vinuesa.
-¿Cómo es María Luisa, tu personaje?
Es una mujer mayor que vive sola, pero tiene una amiga de toda la vida, Angelines. La edad y la soledad le pesan, pero es una mujer vital, entrañable, muy imaginativa, con su puntito presumido y egoísta.
-¿Cómo le presentarías a los espectadores la historia que nos narra «María Luisa»?
María Luisa está pasando por un momento en el que se le hace pequeño lo que vive y utiliza su imaginación para cumplir aquellos deseos que siempre tuvo pero que se le fueron escapando. La obra cuenta el periplo de una noche crucial para ella. Todo se desencadena por una idea de Raúl, el portero que le ayuda en todo. Y viaja con él, con los personajes de su invención que se materializan y con su amiga Angelines.
-En esta función son muy importantes el realismo mágico y las realidades contadas desde la imaginación de tu personaje…
María Luisa imagina, pero al materializarse lo imaginado no salen las cosas como ella hubiera querido. Los personajes actúan por sí mismos y la decepcionan. Pero ella, con su apasionamiento, continúa persiguiendo sus deseos. Todo fluctúa entre lo elevado y lo terrenal.
-¿Qué papel juega el humor?
El humor forma parte esencial del espectáculo porque la obra muestra las partes débiles de cada uno de los personajes, aunque con ternura. Y el lenguaje, tan preciso y tan poético unas veces y otras tan de “andar por casa”, trasmite perfectamente lo que pasa: que vuelan en ese viaje nocturno, pero no paran de estrellarse contra el suelo cada vez.
-¿Cómo es el personaje de Angelines, la gran amiga de María Luisa?
Es su amiga de toda la vida, la que queda del grupito de amigas que tenían hace años. Se deja seducir por la imaginación de María Luisa, pero siempre intenta ponerle los pies en la Tierra. Ya se tienen contado todo de todo, pero, aunque a veces se aburren más que antes, se quieren de verdad.
-En escena nos habláis de la valentía para atreverse a hacer cosas nuevas, de la soledad, de la vejez… ¿De qué otros temas?
De la imaginación, del deseo, de la amistad, de los sueños…
-En la historia hay tres personajes masculinos que son fruto de la imaginación de María Luisa…
Las cosas que le pediría a un Príncipe Azul se concretan en ellos: Beckenbahuer es aguerrido, un coronel golpista; Azzopardi es un poeta, el ser sensible y bello. Y Olmedo es un señor de los de toda la vida que la cuida y la protege. Si sus características estuviesen más atenuadas y reunidas todas en un solo hombre sería perfecto. Pero así, tan exagerados, resultan imposibles y decepcionantes.
-¿Cómo te sientes al protagonizar una función escrita y dirigida por Juan Mayorga?
Como si me hubiese tocado la lotería teatral. Estoy disfrutando lo indecible encarnando este maravilloso personaje del que cada día estoy más enamorada. Y estoy rodeada de un equipo de ensueño.