Andrés Lima ha dirigido esta función en la que cada actor/actriz da vida a algunos de los protagonistas de la Guerra Civil Española y en la que se analizan sus consecuencias para la sociedad española. “España en el 36 es el inicio de un gran shock que durará 40 años y que todavía tiene una influencia decisiva en todos los estamentos y clases de la sociedad española…”, comenta el director. Natalia Hernández y María Morales son dos de sus protagonistas. 

-¿A qué personajes das vida?

MARÍA MORALES. El que se mantiene en los tres actos de la función es Manuel Azaña, el que fue Presidente de la II República, además de un pensador y escritor fabuloso. Con él voy haciendo el recorrido desde sus inicios en la labor de Presidente de la República hasta su dimisión al perder la guerra. Es muy importante porque aporta una mirada muy lúcida. También a Largo Caballero, a Clara Campoamor, entre otros. 

NATALIA HERNÁNDEZ. Es una obra muy coral en la que aparecen muchos personajes. Algunos a los que doy vida tienen nombres y apellidos, otros son anónimos, otros narrativos… Entre otros, a Yangüas Messía, al Cardenal Gomá  y a la Señora Guerra.

-Comenta Andrés Lima que “una guerra no sólo es un fracaso como sociedad, sino un enorme desgarro emocional. Una guerra civil, entre hermanos, es posiblemente la peor de las guerras. El teatro puede reflejar esa emoción.…”

NATALIA. El Teatro pretende trasmitir sensaciones, emociones, reflexión, no solo dar información. Nuestros abuelos o padres o bisabuelos lo vivieron en primera persona. Nosotros, a través del Teatro, intentamos llegar a esos recuerdos, transmitir esas sensaciones, intentar profundizar un poco más en la memoria.

-¿Qué dos escenas de la función elegirías?

MARÍA. Me gusta mucho la escena de los milicianas y milicianos, que acaban cantando, y también la de la compañía de Teatro con el número de variedades y cómo acaba…

-En la presentación de “1936” se comenta que “¿Qué se siente bajo un bombardeo, refugiado en una estación del metro, junto con tus vecinos, que posiblemente te denunciarán por tus ideas? ¿Qué se siente huyendo por una carretera de Málaga mientras la armada alemana y los aviones italianos exterminan a lisiados, ancianos y niños? ¿Qué se siente tomando la decisión de arrasar Guernica?…

NATALIA. Por suerte, los que estamos en la función no hemos sufrido una guerra, pero puedes imaginar el horror que es. Si añades que es una guerra entre compatriotas, vecinos, familia… es más terrible aún. Como actores intentamos poner toda nuestra imaginación y empatía para poder entender esa situación y el estado de shock, terror, desconcierto, miedo que provoca en las personas.

MARÍA. Hemos hecho hincapié en cómo afecta la guerra y su horror a las vidas de las personas, y no sólo cómo se fraguan y se financian en los despachos o mansiones.

-¿De qué otros temas habla?

MARÍA. También habla, como pasaba en “Shock I” y “Shock II”, los anteriores montajes de Andrés Lima, de que las guerras no son algo accidental o inevitable, son muy deseadas y trabajadas por algunos para calmar ciertos miedos y, sobre todo, dar rienda suelta a algunos intereses.

NATALIA. Quizá habla de quiénes somos, de dónde venimos como país.

-¿Algunas de las frases favoritas de tu personaje son…?

NATALIA. “Y además se perpetuó” . -“No me dejéis aquí, no nos dejéis aquí.”

-“Se rebozaba el pan duro del día anterior o se engordaba cualquier cosa con harina. Se mezclaba agua con harina y ajo y se freía con lo blanco de la cáscara de naranja para hacer una tortilla de patatas, sin huevo y sin patatas. Lo único que no faltó en casi toda España fue el vino.“

MARÍA. “(Pero) Es obligación moral, sobre todos los que padecen la guerra, sacar de la lección y de la musa del escarmiento el mayor bien posible, y cuando la antorcha pase a otras manos, a otros hombres, a otras generaciones, que se acordarán, si alguna vez sienten que le hierve la sangre iracundo, y otra vez el genio español vuelve a enfurecerse con la intolerancia, con el odio y con el apetito de destrucción, que piensen en los muertos y que escuchen su lección: la de esos hombres, que han caído embravecidos en la batalla luchando magnánimamente por un ideal grandioso y que ahora, abrigados en la tierra materna, ya no tienen odio, ya no tienen rencor, y nos envían, con los destellos de su luz, tranquila y remota como la de una estrella, el mensaje de la patria eterna que dice a todos sus hijos: paz, piedad y perdón.” (Manuel Azaña).

-¿Por qué debería ir el público joven a ver esta función?

NATALIA.  Ahora nos damos cuenta de lo terribles que son las guerras a través de la Televisión. Si queremos, podemos informarnos y saber lo que ocurre. Casi en directo podemos ver cómo lo sufre la población o cómo un mandatario toma esas decisiones. Aquí hacemos un acercamiento a lo que vivieron sus/nuestros abuelos o bisabuelos.

En una función que habla de la historia de nuestro país. Habrá momentos en los que te sientas removido, cercano a lo que cuentan, identificado, que quieras saber más de tus raíces, de cómo lo vivió tu familia… Esta guerra marcó un antes y un después en nuestro país, transformó la sociedad en la que vivimos, todavía arrastramos el miedo heredado por nuestros padres y abuelos, y el enfrentamiento. Para saber quiénes somos es bueno revisar nuestra historia. No se puede contar todo lo que ocurrió con detalle en una función de teatro, para eso están los libros, los documentales…Nosotros intentamos trasmitir sensaciones, emociones, y por qué no, inquietud por volver a revisar nuestra  la historia. Saber de dónde venimos.

Creo que para los jóvenes puede ser muy interesante, a ellos les pilla un poco más lejos pero aún arrastramos ese momento histórico en la actualidad. Es bonito poder acercárselo a través del teatro, que lo conozcan y profundicen en ello.

-Según Andrés Lima,  la función le plantea a espectador preguntas como “¿Cómo y por qué se apoya un régimen basado en la represión? Siendo un ser humano ¿cómo no se es humanista? ¿Y hoy? Antes la ultraderecha se imponía por golpes de estado, pero hoy son votados en las urnas. ¿Por qué?”. ¿Estás de acuerdo con él?, ¿Por qué?

NATALIA. Son preguntas que nos deberíamos hacer como seres humanos. ¿Por qué producir dolor en el prójimo para conseguir un beneficio propio?. Me encantaría que esta función pudiese llevar a ese tipo de reflexiones.

MARÍA. En todas ellas me parece que late la misma cuestión de fondo. Mientras tengamos sistemas gubernamentales, educativos, económicos, laborales cuya prioridad no sea preservar la dignidad de cada vida, tendrán cabida todas las rabias y avaricias posibles que se acaban volviendo muy destructivas.

-¿Qué nos puedes comentar de la puesta en escena: escenografía, videoescena, iluminación…?

MARÍA. Que son parte fundamental de la dramaturgia de la obra. Cada uno de los elementos técnicos, escenografía, luces, sonido e imagen funciona como un personaje más de la función.

La llevan a escena también Antonio Durán “Morris” (Queipo de Llano, Obispo Antonio Montero, Nicolás Franco), Alba Flores (La Pasionaria, General Rojo, Mika Etchebéhère), Paco Ochoa (Pau Casals, George Orwell, General Mola), Blanca Portillo (José Antonio Primo de Rivera, Von Richthofen, Rosario La Dinamitera), Guillermo Toledo (General Yagüe, Alfonso XIII, General Miaja), Juan Vinuesa (Francisco Franco, Norman Bethune, Ramiro de Maeztu) y Coro de Jóvenes de Madrid. Es una coproducción del Centro Dramático Nacional, Check in Producciones y El Terrat. Hasta el 26 de Enero. Teatro Valle-Inclán.