Natalia Menéndez ha dirigido esta función basada en la obra de Elena María Sánchez. Según ella, “Proponemos un juego divertido, fácil y sencillo a los espectadores. Siento que este espectáculo tiene humor, poesía y va a crear un cierto efecto catártico…”

-Una arquitecta recibe el encargo de construir un espacio capaz de generar alegría. Tras realizar un exhaustivo acopio de información, comprueba que el conocimiento teórico no es suficiente para conocer las diferentes facetas de la alegría, su origen y sus efectos…

La historia se crea a partir de una arquitecta que necesita poner en práctica y buscar las claves que nos proporciona la alegría verdadera. Siento que este espectáculo tiene humor, poesía y va a crear un cierto efecto catártico. Ofrece la oportunidad de reflexionar acerca de una sociedad menos enferma, por tanto, menos consumista. Para algunos espectadores será un acto empírico. Para otros un doble juego teatral.

-Éste es un espectáculo que invita a parte del público a participar de manera activa en su construcción. ¿En qué consistirá esta participación?

Proponemos un juego divertido, fácil y sencillo, donde el respeto hacia los espectadores colaboradores es primordial. Quienes participen lo van pasar bien.

-Es una función que plantea la pregunta “¿Será la alegría algo que se pueda contagiar?. ¿Consideras personalmente que sí se puede contagiar?

Claro que se puede contagiar la alegría. Es como un músculo que se entrena día a día. La alegría es una actitud para ser y estar. Hay que estar muy consciente y requiere un esfuerzo por nuestra parte. Encontramos técnicas para ser y estar alegre, se trata de ejercitarlas. Con ella mejora la calidad de vida.

-¿Cuáles son principales temas que abordáis en este montaje?

Buscamos las técnicas para ser y estar alegres y se reflexiona acerca de las trampas propias del sistema actual. Ofrecemos realidades diversas, algunas parten de personas que hemos conocido durante el año y medio de investigación, otras son imaginadas para sugerir el poliedro que trata (el amor verdadero, la ayuda al otro, el deseo, los placeres de los sentidos, el cansancio, la empatía, el consumismo y sus motivos como el temor y la angustia; la búsqueda de la sencillez y nuestra capacidad de disfrute, los efectos sanadores de la risa, el encuentro…)

-Y “También se descubrirán los peligros que entrañan para nuestras vidas las falsas alegrías…”

Es necesario darnos cuenta de por qué y para qué se generan esas falsas alegrías. El dolor, la tristeza y el miedo pueden ser sus causas principales. Una sociedad enferma consume más que una sociedad alegre.

-¿A qué personajes interpretan los actores Ximena Escobar Mejía y Leonardo Echeverri de Teatro Azul?

Los personajes del laboratorio que ha elegido la arquitecta para su estudio van desde campesinos a premios Nobel. Estos dos actores realizan más de una veintena de personajes. Y se suman algunas voces que surgieron de los talleres de investigación que hicimos tanto en España y Colombia como en Francia con personas viviendo realidades complejas y dolorosas. El espectáculo se plantea como una suerte de homenajes. Uno es a Buster Keaton con su mediometraje creado en 1921 “El gran espectáculo” (The play house).

 -¿Por qué no deberían perderse los jóvenes esta pieza?

Porque todos necesitamos conocer los mecanismos para generarnos y generar alegría y así conseguir un entorno armónico y bello. ¿A quién no le apetece esta manera de vivir?.

-Creo que esta propuesta de coproducción y de dirección surgió en el Festival de Almagro cuando lo dirigías. ¿Por qué decidiste que tenías que dirigirlo y crearlo?

Se crea entre Teatro Azul y yo porque no existe un texto que hablase del abanico de las alegrías. No lo conocíamos. Nos apetecía hacer varios homenajes, otro es a Colombia, en concreto a una región bella y pobre como es el eje cafetero: el Quindio. Entre los tres nos repartimos las principales labores junto con la creación: ellos actúan, yo les dirijo; me lo pidieron y acepté encantada. Entre los tres buscamos un equipo de ambos países que pudiera entender esta aventura artesanal y creo que con este equipo hemos superado nuestras expectativas. Doy las gracias a todos por su entrega.

-El equipo técnico está formado por grandes profesionales como Elisa Sanz, Juanjo Llorens, Mariano Marín y Carmen Werner… ¿Qué destacarías de ellos?

Elisa Sanz y Mariano Marín han sabido conjugar el humor y la poesía dentro de la sencillez. Tanto Carmen Werner como Juanjo Llorens conocen Teatro Azul en el Quindio, consiguen crear la magia de una artesanía escénica.  Es importante hablar también de Elena María Sánchez, autora de la obra, que ha participado durante varios años en el proceso con nosotros a través de talleres de investigación y de encuentros con Teatro Azul, tanto en España como en Colombia. También a José Eugenio Montoya, videoescenista colombiano, que se ha implicado sobremanera en este periplo, siempre sonriente. El escultor y pintor colombiano Luis Guillermo Vallejo así como el equipo de Teatro Azul, ello han aportado color y complicidad. El equipo creativo es excepcional, agradecemos su talento y buen humor, así como a las muchas personas que se sumaron al carro del proyecto, GRACIAS. Del 16 de Noviembre al 10 de Diciembre. Naves del Español.