Es un mercado profesional en el que se dan cita compañías, programadores, responsables de otras ferias o festivales y también tiene programación abierta al público. Hablamos con la Directora de esta 38ª Edición.

-¿Con qué tres adjetivos definiríais esta edición de esta Feria?

Cuando pienso en la Feria pienso siempre en resiliencia, roce y rasmia. Muy aragonés.

Resiliencia porque, al igual que este sector tan bonito y tan duro, nadie se mantiene durante 38 años sin ser permeable al cambio, sin ser capaz de adaptarse a las tendencias artísticas, a las necesidades y problemáticas del sector, a las directrices políticas, a una sociedad que se transforma…

La Feria no es ya únicamente un mercado. Nunca lo ha sido, pero es cierto que el tiempo ha hecho que los aspectos más relacionales y humanos hayan ido tomando un peso muy importante: las conexiones con la educación, la formación y el encuentro profesional, la parte más social de la Feria no son ya aspectos adyacentes sino parte fundamental del proyecto: no hay distribución de espectáculos sin adecuación al contexto. Roce porque creo que es fundamental: las redes, la proximidad, el “piel con piel”. En Huesca os invitamos a rozaros, a conectar. Y rasmia que es una expresión aragonesa que significa empuje, tesón. La energía que pones en un proyecto para lograr que salga adelante. Hay algo de tozudez aragonesa en estar aquí 38 años más tarde y que siempre haya alguien dispuesto o dispuesta a tirar del proyecto adelante.

-Háblanos de algunas obras que habrá en la Feria y que quieras destacar…

Hay algunas propuestas que se van a ver por primera vez fuera de su territorio de origen como “Rosa de papel” de Cía. Marroch, basada en un poema de Vicent Andrés Estellés; “Don Roberto”, de Leamok, inspirada libremente en Don Juan y en la que Roberto Hoyo, más que reinterpretar el texto, se “transmuta” en el propio personaje; “Hazmerreir” de Sobras Completas que es un espectáculo cercano al stand-up sobre la vida cotidiana y sus absurdos o “El bar nuestro de cada día” de Chipi La Canalla.

-La programación se ha creado bajo ¿qué lema?

No hay una temática pero sí que buscamos espectáculos conectados con la época en que vivimos, que sondeen en la sociedad y nos propongan nuevas miradas a temas que conecten con el espectador actual.

-¿Qué piezas de danza van a estar presentes en esta edición?

Dantzaz presenta “Distirak” una obra compuesta de tres piezas: “Staff” explora los entresijos del teatro, “Pink” sobre lo femenino y la igualdad de género y “Verdantz”, que está inspirada en la naturaleza y las culturas indígenas.

Podremos ver también el nuevo espectáculo de Toni Mira, “Tempo”, donde investiga cómo los diferentes ritmos musicales nos afectan emocionalmente y cómo estas emociones se transforman en movimiento. Nova Galega de Danza estará presente con “Berro”. Un viaje para mostrar la importancia de recuperar la esencia ancestral, la tradición, la tierra, la raíz… a través de la experiencia colectiva. Kampai es un colectivo formado por bailarines de Andalucía y Cataluña donde cada uno de los intérpretes aporta su visión y técnica a un vocabulario de movimiento común y presentará en la Feria su espectáculo “Kompass” y la compañía La Cerda se propone indagar en el impulso vital que mueve a todo cuerpo que baila, investigando la naturaleza del baile como movimiento, pero también como espacio de encuentro festivo y paradigma de la colectividad, inspirándose en las maratones de baile y los ritmos musicales de América Latina en su espectáculo “El baile de la Zurda”.

Completan la programación un puñado de jóvenes compañías aragonesas: Alpaca Colectivo de Danza con “Que no ven”, Compañía Estudio 12 con “Migrantes”, Violeta García con “Bloom” y la presentación del work in progress del próximo espectáculo de Javier Ara y Lucía Naval, “Casco antiguo: un retrato”. Es un diálogo interdisciplinar para construir un mapa emocional y sensorial de la ciudad de Huesca y, en concreto, de uno de sus barrios más emblemáticos.

-¿Cuáles son los temas principales que abordan las compañías programadas?

El abanico es amplio. Hay aproximaciones diversas a la vida y a la sociedad contemporánea como las de David Montero en “El tiempo del hijo” en el que la muerte de la madre da pie al autor para hablar de las estructuras familiares, la enfermedad o la desaparición de rituales colectivos.  La de Chipi La Canalla que, tomando como punto la celebración de un velorio en el contexto poco “ortodoxo” de un bar, nos ofrece una celebración de la vida y de nosotros mismos.

Buceando en el acervo poético, encontramos espectáculos como «Popesía» de Corral de García, la instalación “Versos que anidan” de Baychimo Teatro o “Tu Hermosura” de Miguel López. Un hermoso espectáculo que arranca en los fandangos para explorar el misticismo del Siglo de Oro. La memoria, el recuerdo, la tradición y la identidad son temas que impulsan de alguna manera las propuestas de Biribú Teatro, “OL-VI-DO”, “Harreman” de Zirkozaurre o “Berro” de Nova Galega de Danza. El poder y la política están detrás de las propuestas de Butaca Zero y Proyecto Cultura, inspirados en las figuras de “Iribarne” y “Maquiavelo”.

Y tampoco faltan espectáculos que revisitan obras consagradas como “Bodas de Sangre” de Teatro del Temple, “Las criadas” de Genet, bajo la mirada de la Companhia do Chapitô, o las dos versiones absolutamente opuestas de Don Juan de las compañías LaMov y Leamok.

-¿Cuáles son los cambios más destacables de esta edición?

Más que de cambios hablaría de evolución o de líneas en las que profundizar. Seguimos trabajando para que los espacios de encuentro sean más efectivos, útiles para los profesionales, intensificando el trabajo en estos espacios y también apostamos por interesar en las artes escénicas al público joven. En este sentido, vamos ampliado nuestro programa “Escena 12-25”, trabajando con centros educativos de secundaria y proponiendo toda una serie de actividades en paralelo a la Feria.

-¿Por qué deberían asistir las compañías o profesionales de otras Comunidades Autónomas?

Para alimentar su imaginario, hablar, hacer red, buscar una alianza, saber qué hacen los otros, contar lo que están haciendo ellos, reflexionar, imaginar un futuro… o, como decimos nosotros, “para rozarse”. Del 22 al 26 de Septiembre. Huesca.