“¿Aprovechamos nuestras vidas o nos dejamos llevar por las circunstancias que nos encontramos?. ¿Aceptaríamos que nos tratasen a nosotros como tratamos a los mayores?”, comenta Rafael Sánchez sobre esta versión del texto de E.L. Petschinka que ha dirigido. En escena Ana Belén, José Luis Gómez (del 15 de abril al 28 de mayo), Jesús Noguero (del 30 de mayo al 4 de junio), José Luis Torrijo, Irene Rouco y David San José.
-Julieta (que tiene casi 70 años) y Romeo (con 80 años) despiertan después de un largo sueño, pero no se reconocen. Julieta solo ve a un caballero ochentón y Romeo a una dama muy bien conservada. Los dos se creen que aún son un par de adolescentes. Julieta piensa que sólo durmió un par de instantes y espera ansiosamente a su eterno amado. ¿Qué más le podemos contar a los espectadores sobre la historia de esta obra?
Un aspecto importante de la puesta en escena es el momento en el que los dos se dan cuenta de que han pasado sus vidas durmiendo y se preguntan si de veras las han aprovechado. Nos hacemos esa pregunta cada uno de nosotros tarde o temprano. Y la respuesta que uno pueda encontrar, nos define. Esa respuesta o nos deja dormir tranquilos o nos desasosiega por completo.
-¿Cuáles son los principales temas de los que quieres hablarnos con esta función?
¿Qué pasa con el amor cuando se es mayor? ¿Por qué no nos interesamos por la gente mayor de 75? ¿Qué pasa en las residencias si se enamoran dos? ¿Les subimos la medicación? ¿Aprovechamos nuestras vidas o nos dejamos llevar por las circunstancias que nos encontramos? ¿Aceptaríamos que nos tratasen a nosotros como tratamos a los mayores?. A todas estas preguntas intentamos dar respuestas. Está claro que no lo conseguimos del todo, pero sí espero que por lo menos el público también empiece a cuestionarse estas preguntas.
-En la presentación de esta función comentas que: “En nuestra versión de Romeo y Julieta contamos que la edad solo es un número abstracto que no nos debe preocupar. Quizás la edad les frena un poquito la memoria o la agilidad, pero no las emociones y las ganas de vivir…”
Claro que la edad nos pone límites. Pero los límites más grandes los pone la sociedad y nosotros, los más jóvenes, a los mayores. La gente mayor nos estorba, son demasiado lentos, no nos entienden, no trabajan. En nuestro día a día no les damos espacio ni les dedicamos tiempo. La sociedad no solo se divide en estratos políticos sino también en estructuras de diferentes edades.
Eso, además de que es muy triste, en el futuro no va a funcionar. Vamos a ser muchos viejos y muy pocos jóvenes. Las generaciones que vienen no van a poder hacerse cargo de todos los costes ni cuidarnos a todos. Tenemos que encontrar una solución en la que la gente mayor quede integrada en la sociedad.
-¿Qué más te gustaría reivindicar al llevar a escena este texto?
Cuando somos jóvenes pensamos que, a partir de cierta edad, el mundo nos va a dejar de interesar. Pero eso no es así. Nuestra visión interior queda prácticamente idéntica a la que teníamos con 20. El mundo no se torna de repente en blanco y negro como una película del siglo pasado. Si el público empieza a reflexionar sobre estos mecanismos, habremos dado un pasito hacia adelante con nuestro montaje.
-¿Cómo ha sido el dirigir a dos grandes actores como Ana Belén y José Luis Gómez?
Trabajar con Ana y José Luis es un placer. Tienen muchas ideas y me sorprendió mucho lo abiertos que están para lo nuevo. Están muy atentos con el resto de compañeros y compañeras.
-¿Qué destacarías de la escenografía y el vestuario de Ikerne Giménez?
En combinación con la Iluminación de Carlos Marquerie son importantísimos para la puesta de escena. El escenario está prácticamente vacío, pero la atmósfera que consiguen crear nos lleva al siglo XVII y, de repente, nos encontramos de nuevo en un escenario moderno. Los cambios son impresionantes.
-Los actores interpretarán y cantarán canciones durante la función. ¿Qué papel juega la música compuesta por David San José?
La música aporta muchísimo. Es la banda sonora de nuestra obra. Tiene muchos detalles y encaja muy bien con el montaje. Los músicos y los actores tienen que estar todo el tiempo escuchándose y estar atentos unos de los otros. Música, texto y movimiento son como una gran partitura. Todo va mano a mano.
El descubrimiento más grande de este trabajo ha sido David San José. Ya antes de empezar los ensayos me mandaba propuestas, composiciones que había realizado para el espectáculo, que me encantaron desde el primer momento. También durante los ensayos seguía inventando y si notábamos que en una escena particular hacía falta algo nuevo, se ponía a ello. ¡No se perdió ni un ensayo! En algunas escenas, interpreta al Padre Lorenzo. Para un músico, actuar es lo peor que te puede pasar, pero hasta eso lo hace muy bien.
Es una producción de Entrecajas y Teatro Español con la colaboración del Teatro Calderón de Valladolid. Fotografías de Javier Naval. Del 15 de Abril al 4 de Junio. Teatro Español.