Mireia Gabilondo ha dirigido, después del éxito de Sexpiertos, a los intérpretes Telmo Irureta y Aitziber Garmendia en un montaje que aborda las diferentes discapacidades desde el género de la comedia.
Mireia Gabilondo, su autora y directora, explica el origen de esta obra en la que dirige por tercera vez al actor Telmo Irureta, después del monólogo «Zutaz blai» incluido en Strip-tease y de Sexpiertos, en donde también participó la actriz Aitziber Garmendia que repite en este nuevo montaje. «La motivación nace de las ganas de trabajar de nuevo con ambos intérpretes después de Sexpiertos. Esta vez decidí escribir la función con unas ideas que tenía rondando en mi cabeza. Me apetecía no quedarme en la discapacidad física de Telmo Irureta, sino darle la vuelta para que interpretara a un psicoterapeuta de éxito donde su gran facultad es poder ayudar a los demás. Y también afrontar el tema de la doble personalidad a través de Aitziber Garmendia ya que me parece muy atractivo pensar que nosotros podemos ser de diferentes maneras según nuestros ratos de vida, según lo que nos pase, según como estemos». Telmo Irureta define al personaje de José Manuel, un prestigioso psicoterapeuta que tiene una parálisis cerebral, como «alguien muy majo que me cae bien. A pesar de que tiene parálisis cerebral, no es un personaje que hable de su discapacidad. Es algo que tiene pero se habla lo mínimo. No nos centramos en eso».
Aitziber Garmendia y Candela Solé se reparten las funciones para interpretar a los personajes de Lucía y Yoldi. Lucía tiene una depresión de caballo que hace que viva una experiencia vicaria a través de Yoldi, una maravillosa joven con discapacidad intelectual. Aitziber Garmendia considera que «Lucía está en un agujero muy profundo del que intenta salir. Intenta buscarse a ella misma pero no se encuentra». Candela Solé destaca que Yoldi es todo lo contrario. «Es como una niña que actúa con espontaneidad y alegría debido a su discapacidad. Si Lucía aprendiese de Yoldi y Yoldi de Lucía, a ambas les iría mucho mejor», asegura.
Karmele Aranburu interpreta a la psiquiatra Martina. La actriz resalta sobre su personaje que «tiene una parálisis metafísica o emocional. Dedica toda su vida a ayudar a los demás desde su consulta, pero no consigue ayudarse a sí misma ni a sus seres queridos. Ese es su gran conflicto».
Los cuatro personajes comparten el sentimiento de la soledad. Según Karmele Aranburu, «cada uno busca cómo afrontar la soledad o falta de comunicación desde las herramientas que tiene, con lo que puede y tiene cerca. Son personajes distintos y a veces distantes. Es bonito que se encuentren en esta puesta en escena ya que, si no, no se hubieran encontrado». Para Candela Solé, «la obra habla de lo importante que es tener una buena red de seres queridos cuando estás en un agujero, tener personas que te acompañan en el camino y enseñen sin decirlo las cosas importantes que hay en la vida, de manera que te sientas arropado, querido y cuidado en la soledad. Sentirse solo y enfermo es peor».
Fernando Bernués ha diseñado una escenografía limpia a base de pocos elementos con valor metafórico; Ana Turrillas se ha encargado del vestuario y David Bernués es el responsable de la Iluminación y las videoproyecciones.
Es una producción del Centro Dramático Nacional y Tanttaka Teatroa. Hasta el 24 de Noviembre. Teatro María Guerrero (Sala de la Princesa).