Gonzalo Ramos, Fernando Albizu y Gloria Albalate protagonizan esta función de constantes sorpresas, de personajes que aparecen y desaparecen, que pretende “viajar a través del tiempo” y hacernos reflexionar sobre lo que se puede ir haciendo en el presente para no “sorprenderse” con lo que nos hemos convertido en el futuro. Una divertida, rápida y a veces disparatada comedia dirigida por Borja Rodríguez.
-¿Cómo es tu personaje?
GONZALO RAMOS: Toni es un dramaturgo de 35 años que atraviesa una pequeña crisis existencial porque no le convence lo que está escribiendo. Quiere escribir grandes obras sobre grandes temas y triunfar. Quiere escribir teatro, tiene grandes sueños como viajar a Nueva York o “comerse el Mundo”. Pero no le salen las cosas como él se imaginaba.
FERNANDO ALBIZU: Mi personaje es Toni, el vecino de arriba, el que provoca la gotera. Es un señor mayor que está bastante ajado, un poco desgraciado, que trabaja de seguridad en un parking. Es el yo del otro personaje pero después de muchos años. Intenta demostrarle a su vecino que, cambiando cosas, puede variar su futuro. Y también doy vida a otros tres personajes que son mayores.
-¿Cómo les presentarías a nuestros lectores la historia que nos narra “Goteras”?
GONZALO: Toni se queda dormido un día y le empiezan a caer gotas de agua encima. Sube al piso de arriba a ver qué ocurre y se encuentra a un Señor y empieza a ver similitudes entre ese piso y el suyo. Hasta que descubre que es él, ese hombre es su yo del futuro. Cuando ve en qué se ha convertido con el paso del tiempo, intenta cambiar y hacer ajustes en su vida. Pero cada vez que sube al piso de arriba a ver si algo ha cambiado para bien, se encuentra una versión de él mismo todavía peor…
FERNANDO: Destacaría también que es una obra que tiene un ritmo muy ágil, en la que los personajes están subiendo y bajando constantemente las escaleras (que son auténticas) y que están en el escenario. Las transiciones son muy rápidas también. Es un no parar.
-Esta obra nos habla sobre el significado de hacerse mayor, la lucha entre las expectativas y la cruda realidad y el valor del éxito. Pero, ¿En qué otros temas principales se centra su historia?
GONZALO: Habla de esos temas. Creo que las expectativas a las que nos anclamos y que tenemos sobre nuestro futuro, cuando no se cumplen… La belleza no está en el resultado de a dónde llegas sino en el camino para llegar hasta allí, en los errores, en lo que te vas encontrando. No es “me conformo con menos” sino valorar lo que vamos haciendo.
FERNANDO: Lo importante de la historia es que plantea si es más importante vivir el momento y disfrutar de las pequeñas cosas o intentar tener el mejor final posible. También hay una crítica bastante gorda al proceso por el que pasa un escritor teatral, a lo que le cuesta que un productor lleve a escena esa obra, entre otras cuestiones… A alguno le va a “picar”.
GLORIA: Plantea un repaso muy interesante a nuestra vida cotidiana. Le pregunta al público ¿Cómo hay que vivir la vida?.
-¿Una de tus escenas favoritas tiene lugar cuando…?
FERNANDO: La del pirata que es un señor en calzoncillos con el ojo tapado. Es la primera vez que el personaje de Toni baja y destroza un póster de su casa. Y vuelve a tener a una gotera y se encuentra con otro señor diferente.
GLORIA: Me quedaría con el inicio de la obra porque es como los conciertos. Ahí determinamos, con ciertas frases, si ya les hemos enganchado.
GONZALO: Cerca del final de la función, que es muy intensa. Porque es una de las últimas versiones de mi personaje y, aunque parece que todo está saliendo bien, el dramaturgo da un giro y no es así. Ve que tampoco le van a salir las cosas bien. Es un momento en el que estoy agotado, después de tanta intensidad…
-En la presentación de la obra comenta Borja Rodríguez que “la simultaneidad de tramas, de la función y la convivencia de varios tiempos escénicos en un mismo lugar sirven perfectamente a modo de comedia para incitar a la pregunta, para formular la intriga…”
GONZALO: Claro que provoca esa intriga porque, cada vez que Toni hace un cambio en su vida, sorprende más y no para bien.
-¿Por qué crees que se van a sentir identificados los espectadores con esta historia?
FERNANDO: Porque habla de la vida real. De los problemas de los mayores con sus problemas físicos, del joven que desea un futuro mejor. Habla del que ha vivido mucho y del que tiene mucho para vivir. Hay un momento dramático que tiene mucho sentido… El público se engancha mucho con la obra.
GONZALO: Porque vemos a Toni pasarlo muy mal a veces y meterse en un lío tras otro y eso provoca muchas risas. El protagonista vive una vida totalmente imperfecta y genera una cercanía con el público. Y el público no se espera el final.
-¿Qué tipo de humor hay en escena?
FERNANDO: Hay un poco de todo. Hay momentos sutiles y hay momentos de humor menos sutil. Está muy bien escrita la función. El público se lo pasa muy bien porque en el escenario hay una sorpresa detrás de otra.
GLORIA: Es un humor muy divertido, muy inteligente. Me identifico mucho con esa manera de disfrutar del humor.
La Iluminación es de Juanjo Llorens, el vestuario de Erika Herrera y la escenografía es una creación de Luis Crespo. Una producción de Mic Producciones y Producciones 099. Teatro Bellas Artes.