Hablamos con el director artístico de este Festival de danza que celebra su octava edición y en el que cada coreógrafo/a invitado/a será el/la gran protagonista en cada una de las 15 Ciudades Patrimonio Mundial de España durante la noche del 13 de septiembre de 2025. 

-¿Qué compañías y qué coreografías participantes destacarías de esta edición?

Si tuviera que señalar algunas propuestas por su fuerza, su singularidad y por lo que representan dentro del conjunto del festival, comenzaría por la Compañía Nacional de Danza, que presenta en el Alcázar de Segovia un programa muy especial encabezado por “Decimos verdades que parecen mentiras”, una creación original de Muriel Romero para 24 bailarinas. Además, varios jóvenes creadores de la  compañía intervendrán otros espacios del Alcázar con piezas del programa “Creadores”.

También la nueva creación de Lorena Nogal en Santiago de Compostela. Su propuesta nace de una investigación sobre los fondos museísticos y se transforma en cuerpo, gesto y voz: una arqueología sensible que activa el archivo desde lo íntimo y lo performativo.

Un eje fundamental de esta edición es la presencia de artistas profundamente arraigados a los territorios de las Ciudades Patrimonio. Es el caso de Celia Espadas en Úbeda, que con su pieza inspirada en textos de San Juan de la Cruz devuelve a la danza su dimensión espiritual y simbólica o de Marc Fernández en Tarragona, cuya coreografía toma como punto de partida la tradición de los castellers y la reinterpreta desde el movimiento contemporáneo.

 

Destacaría también el estreno de Carlos Carvento, que nos transporta desde el corazón de San Cristóbal de La Laguna hasta los paisajes emocionales y estéticos de su Córdoba natal, tejiendo un imaginario queer cargado de fuerza y color. Y, por supuesto, la propuesta de Irene Naranjo en Baeza, una artista emeritense que, a través de la danza contemporánea, nos invita a recorrer las distintas fases del proceso artesanal del Pimentón de la Vera. Su pieza honra la sabiduría de la tradición y los saberes del cuerpo, fundiendo lo sagrado y lo cotidiano en una experiencia dancística que convoca pasado, presente y futuro.

 

Y no puedo olvidarme de grandes nombres de la danza española y el flamenco como Antonio Najarro en Salamanca y Marco Flores en Mérida y las propuestas más atrevidas en diálogo con la tradición con grandes artistas como Laila Tafur en Córdoba y Alberto Velasco en Ávila. Y la gran Sol Picó nos sorprenderá con la creación participativa Lastre con jóvenes intérpretes del Conservatorio de Cáceres.

Cada una de estas piezas trasciende la idea de espectáculo para convertirse en un gesto artístico situado. Son obras que nacen del lugar, que responden a su memoria, su arquitectura, su energía.

-¿Bajo qué lema se ha creado la programación?

La programación de este año se articula bajo el lema “Vestigios Íntimos”, una invitación a habitar el patrimonio desde una perspectiva personal, emocional y viva. Este concepto nos conduce más allá de la contemplación estética o histórica, para adentrarnos en una experiencia corporal y subjetiva del espacio patrimonial.

Lo especial de esta edición es que muchos de los artistas mantienen un vínculo singular con la ciudad donde presentan su obra. Ya sea por procedencia, memoria personal o relación previa con el territorio o elemento arquitectónico. Además, varias piezas han sido desarrolladas durante un proceso de residencias artísticas previas, lo que ha permitido un diálogo prolongado y sensible con el entorno, y con la propia comunidad y territorio. Esta cercanía se refuerza a través de talleres y actividades participativas, que convierten a Escena Patrimonio en una plataforma viva, donde el proceso creativo se abre a la ciudad y la población forma parte activa del proyecto.

Así, “Vestigios Íntimos» no es solo una invitación poética, sino una declaración de intenciones: poner el cuerpo en el centro como herramienta de conocimiento, de transmisión y de legado, desde lo íntimo y lo colectivo, desde lo efímero y lo permanente.

-¿Qué coreógrafos internacionales vendrán este año?

Tendremos al prestigioso Centro Coreográfico Nazional/ Aterballetto (Italia), que presenta por primera vez en España la aclamada pieza Il Combattimento di Tancredi e Clorinda. Esta propuesta site-specific será representada en un enclave monumental como La Puerta de Bisagra de Toledo, en conmemoración del 400 aniversario del melodrama barroco de Claudio Monteverdi. Firmada por Fabio Cherstich y Philippe Kratz, la obra conjuga música, literatura, teatro y danza contemporánea para explorar desde una perspectiva actual temas universales como el amor, la violencia y el cruce de tradiciones e identidades. Un espectáculo poético e hipnótico.

También celebraremos la colaboración entre la coreógrafa española Carmen Fumero y la reconocida compañía Chang Dance Theatre (Taiwán), que estrenarán una creación conjunta en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares. Este diálogo transnacional entre Asia y Europa se materializa en una pieza que investiga los vínculos entre tradición y vanguardia, cuerpo y espacio escénico.

Y en Cuenca, el coreógrafo gallego Javier Martín presenta Beltenebros, una poderosa propuesta escénica que combina danza, instalación visual e improvisación musical. En ella participan las artistas japonesas Haruna Takebe (pianista) y Masako Hattori (videoperformer), con quienes Martín construye un “baile macabro”. Esta dimensión internacional abre nuevas posibilidades de intercambio entre creadores, públicos y territorios. A través de estas colaboraciones, el Festival continúa tendiendo puentes entre el patrimonio local y lo universal.

-Para todos aquellos que no conocen el Festival. ¿Cómo se lo presentarías?

Más que un festival prefiero definirlo como una plataforma de creación donde los coreógrafos/as transforman los espacios históricos de las 15 Ciudades en escenarios vivos. Desde su nacimiento en 2018, ha crecido como un laboratorio escénico que apuesta por la descentralización de la cultura, por la creación específica para el lugar, y por una danza conectada con la memoria, el territorio y la ciudadanía. Es un evento donde el cuerpo y la arquitectura se encuentran para generar nuevas formas de narrar y sentir nuestro patrimonio.

-¿Por qué no debería perderse el público este Festival?

Porque Escena Patrimonio es una propuesta única en su género. Cada espectáculo está concebido específicamente para el lugar donde se representa, no es una fecha más de una gira, sino una colección de creaciones site-specific que solo pueden vivirse en ese entorno patrimonial, esa noche. Esto convierte cada pieza en una experiencia irrepetible, íntimamente ligada al espacio.

Además, el festival ofrece una mirada contemporánea sobre el patrimonio al activar los monumentos no solo como escenarios, sino como interlocutores vivos. La danza, en contacto directo con la arquitectura y la memoria del lugar, genera nuevas narrativas que vinculan el pasado con el presente desde lo corporal, emocional y simbólico. Esta combinación acerca la danza contemporánea a públicos muy diversos, en contextos no convencionales, invitando a descubrir la creación coreográfica desde la cercanía, en lugares históricos que, por una noche, se transforman en espacios vivos.

Por último, forma parte de La noche del Patrimonio, una gran celebración simultánea del “patrimonio vivo” en las 15 Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España. Este evento incluye la apertura nocturna de monumentos (Abierto Patrimonio) y una amplia programación de actividades para todos los públicos (Vive Patrimonio), todo en una única noche gratuita, abierta, inclusiva y profundamente conectada con el patrimonio como bien común.