La Compañía Tribueñe estrena una nueva versión de “La Gaviota” de Chéjov. Hablamos con IRINA KOUBERSKAYA, su Directora.
-Comentas en la presentación de esta función que es “una versión enriquecida con el legado literario del autor, con leves toques sacados de sus diarios, sus cartas y opiniones plasmadas en los recuerdos de sus contemporáneos.”
La obra no ha tenido éxito ni en la vida del autor ni en sus numerosas puestas en escena después. La viuda de Chéjov, Knipper Chejova, comentaba: “leyendo y releyendo “La gaviota” nos preguntábamos con desconcierto ¿“es posible interpretar esto”?. Los críticos la tachaban de “un absurdo vestido de mala dramaturgia” y el autor se quejaba de que nadie veía lo que él ha escrito: “Ni Nmerovich ni Stanislavski…… estoy seguro que ni una sola vez la han leído queriendo percibir las verdades del ser humano”. Se puso en evidencia que el autor y las puestas en escena de “La gaviota” hablaban idiomas distintos durante 115 años.

Y ahora viene nuestro intento de establecer un acto de justicia con esta extraordinaria obra, despertando una específica sensibilidad que requiere no sólo su dramaturgia sino la vida misma para la perduración de la especie. Y ahí está el misterio.

-Para todos aquellos que no conocen la Historia de “La Gaviota”, ¿cómo se la narrarías?
La historia gira alrededor de la percepción del hecho artístico. Hay admiración, hay triunfo y hay frustración. El arte con sus cumbres y sus frustraciones es el tema principal de la obra. El arte puede elevar y la precipitación en el arte puede destruir.
-¿Qué intentas transmitirle al público con esta función?
“Ama el arte en ti y no a ti en el arte” ha dicho el gran Stanislavski, pero los tiempos que vivimos cruelmente empujan a la juventud a la desesperación, son tiempos extremos, o todo o nada. Y, al no poder tener todo, inmediatamente se quedan con nada. Pero ¿Qué es todo y qué es nada?. Unos conceptos falsos que secuestran a la juventud de sí mismos. La realidad hace esta obra tremendamente actual para evidenciar que, bajo la presión de la sociedad, nace esta incapacidad de los jóvenes de distinguir entre la verdad y la mentira, entre el bien y el mal, entre lo justo y lo injusto. Nadie pondrá la verdad en tu mente, es algo que tienes que descubrir por ti mismo. Si no te permites equivocarte te conviertes en una réplica de la mente de otra persona.
Esta obra pretende aliviar la difícil situación de la juventud con nuestra compasión y comprensión. La juventud presionada por la sociedad hacia los resultados y no hacia la experiencia vital de la vida.
-Vuestra relación con Chéjov viene de muy lejos…
Nuestra relación con Chéjov es larga y profunda. Se cumplen más de 15 años del triunfo del “Jardín de los cerezos” en el Festival Internacional de Chéjov en Yalta, la ciudad donde vivió y murió el autor. Ahí cosechamos todos los premios posibles, a la mejor dirección, a la mejor interpretación y al mejor colectivo teatral. Los ciudadanos nos paraban por la calle para expresarnos su entusiasmo con la obra.
Esta nueva experiencia con “La gaviota” nos está trayendo sorpresas en la versión, en la lectura, en la dirección y en la actuación. Rodeada de un extraordinario equipo de compañeros, no dudo que para los conocedores de Chéjov esta puesta en escena no pasará desapercibida.
-¿Qué destacarías del trabajo de Catarina de Azcárate como protagonista?
Catarina de Azcárate ha recibido recientemente el premio Mari Gaila de la Asociación de Amigos de Valle Inclán a la mejor actriz por su interpretación en “El retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte”. Imaginaos el salto interpretativo del esperpento al papel de una gran dama del teatro como Arkádina, personaje que interpreta. Sólo esto muestra el gran abanico que abarca su talento.
-¿Podremos descubrir en esta función el ya popular “sello Tribueñe”?
Desde luego el sello Tribueñe está garantizado.
-¿Cómo es la escenografía que también has creado?
La escenografía consiste en pocos elementos de época, conseguidos en los anticuarios del Rastro. Estos elementos organizan el lenguaje escenográfico de la función.
-¿Qué tipo de música ambienta la pieza?
Todas las obras de Chéjov tienen la misma tonalidad. Sus personajes podrían desplazarse con facilidad de una obra a otra. Lo mismo sucede con la música, la banda sonora de nuestro “Jardín de los cerezos” seguirá entregando su alma a “La gaviota”.
El reparto está formado por Catarina de Azcárate, Kike Lafuente, Miguel Ribagorda, Candelaria de la Serena, Virginia Hernández, Rafael Usaola, Alejandra Navarro, Inma Barrionuevo, Matilde Juárez, Zalo Calero, Marco Vittorio, David García, Juan Matute, José Manuel Ramos y Sylvia Sánchez. Teatro Tribueñe.