Cuatro grandes hombres de Teatro (Juan Echanove y Joaquín Climent en el escenario, Eduardo Vasco como director e Ignacio García May como autor) unidos para inaugurar por todo lo alto la nueva temporada teatral del Teatro Español. Nos presentan una enigmática obra en la que los protagonistas mantienen inteligentes y sorprendentes diálogos sobre cuestiones que nos afectan a diario en un misterioso reencuentro tras 14 años sin verse. Una conversación en la que se plantea constantemente lo que es o no real. Una inteligente invitación a la reflexión, con pinceladas de humor, a cuestionarnos nuestra propia realidad cotidiana. Hablamos con sus dos actores protagonistas.
-¿Quién y cómo es tu personaje?
JUAN ECHANOVE: Pierre es un profesor de Universidad. Es ordenado, culto, está interesado en la Literatura, en los alumnos, en la formación académica. Tiene una familia, un hijo y una mujer. Se reencuentra con Cecil al que hace 14 años que no veía.
JOAQUÍN CLIMENT: Cecil es un escritor de Best Sellers. Lleva el éxito como bandera. Es un hombre de mundo, está tranquilo en la vida, le va bien. Se intuye que tiene que tener cierto atractivo con las mujeres. Sobre el papel a primera vista va un poco sobrado. Pero hay algo en él que le molesta porque no es tan reconocido como él quisiera. Le hubiera gustado triunfar como escritor de otro tipo de libros.
-¿Por qué se reencuentran estos dos personajes?
JOAQUÍN CLIMENT: Pierre y Cecil hace 14 años que no se ven. El encuentro en el Restaurante en el que se desarrolla la historia se produce porque a mi personaje le ha citado allí un misterioso autor que puede que aparezca o no. Y allí está Pierre.
JUAN ECHANOVE: A Cecil le va a hacer una entrevista Baltasar Cron, un autor canadiense, que escribió una novela en EEUU con éxito. Pero este Baltasar no aparece o parece que no va a aparecer. Tampoco hay fotografías de él y siempre está jugando al despiste. Mientras esperan, surge una conversación entre ambos amigos.
-¿De qué hablan estos dos amigos en esta conversación?
JUAN: No tienen maneras opuestas de ver el mundo. No es un duelo de oponentes, aunque sí que no coinciden en muchos planteamientos vitales.
La conversación que mantenemos los dos amigos pretende captar la atención del espectador constantemente. Tenemos que captarle e involucrarle en lo que está pasando y se está diciendo en escena para que el público no deje de prestar atención y para que no se pierda. Ocurren escenas distintas, la relación entre ambos se va transformando ante los ojos del espectador. La solución a este enfrentamiento dialéctico la tiene el espectador, la historia no le indica cómo debe pensar.
JOAQUÍN: Hablan de la vida, de la realidad, de las creencias, de lo que creemos que sabemos y no es verdad, de lo que hemos descubierto que estaba escrito. Es todo muy sugerente. Tiene un componente de misterio, de juego, de provocación. Tiene un peso, no es vacío. Hace dudar constantemente al espectador.
Es una obra muy actual porque estamos en un mundo de polarización de opiniones en el que la gente se cree en posesión de la verdad. Todos estamos haciendo cosas que creemos que decidimos con anterioridad pero, sin embargo, puede que estuvieran ya previstas. Cada espectador se va a quedar con datos distintos y va a sacar conclusiones diferentes.
-Comenta Eduardo Vasco que “Esencia” es un laberinto de percepciones donde la realidad se tambalea y se torna difusa.” ¿Estás de acuerdo?
JUAN: Totalmente de acuerdo. Todos tenemos una visión parcial de la realidad, es muy difícil saber lo que es la realidad. Y esta obra nos plantea la inseguridad de lo que se opina que “es”.
Hoy en día prevalece todo lo que rodea la construcción de la realidad. La verdad sobre lo que ocurre deja de tener interés en pro de la opinión de lo que realmente ocurre. No tenemos una realidad que contrastar. Todo es una nebulosa. Ignacio García May escribe sobre estas cuestiones con una Literatura dramática impecable, muy precisa y que te engancha.
JOAQUÍN: Los personajes empiezan siendo de una manera y con un carácter y acabas preguntándote quiénes son en realidad y por qué buscan a alguien que no sabemos si está o no está…Hablamos de conceptos y de ideas que hoy en día no son tan sorprendentes.
No sabemos si es real lo que vemos o si lo hemos descubierto nosotros. Es un mundo lleno de incertidumbre. En ningún momento hablamos de la esencia de las cosas sólo de que no hay certeza de nada.
Yo les diría a los espectadores que no tengan miedo. Van a pasar por mil mundos y lo van a pasar bien. Se empieza como un juego y se transita por muchas emociones diferentes.
-También comenta Eduardo Vasco que esta obra “plantea cuestiones fundamentales que nos inquietan y lo hace desde la inteligencia”. ¿Qué cuestiones?
JUAN: Es la transcripción de la Historia de que todo depende de la voluntad de unos poderes por encima de nosotros. Habla de la voluntad y del destino del ser humano, de la individualidad. Conceptos que revierten en la escritura de la Historia.
La solución a este enfrentamiento dialéctico la tiene el espectador, no le indica cómo debe pensar. Incluso yo a veces llego a casa después de ensayar y tomo partido por algo que dice mi personaje. Y otras veces considero que es mejor lo que plantea el otro personaje.
-¿Hay lugar para el humor?
JUAN: Hay humor pero es cierto que no es una obra para pasar el rato ni de entretenimiento. Es una obra en la que el espectador tiene la oportunidad de sacar sus propias conclusiones.
JOAQUÍN: Hay humor a ratos y surge de la camaradería de dos viejos amigos. Se hablan de una manera que da para la comedia a veces. No es una obra tan transcendente como pueda parecer y sí tiene humor.
-¿Cuáles son dos de tus escenas favoritas?
JOAQUÍN: Lo que me gusta es que la conversación se desarrolla en una situación amable pero, en tan poco tiempo, acaba convirtiéndose en todo lo contrario. Me gusta como se pasa de una situación a otra.
JUAN: Evidentemente me quedo con el final de esta función porque es sorprendente. Es muy bueno.
-Termina esta frase: “Ir al Teatro le aporta a la vida…”
JUAN: El Teatro seguirá aportando el espejo en el que reflejarse. Más allá de que haya un espectáculo que pretende aliviar la carga del espectador y hacerle pasar un buen rato pero el Teatro es eso.
JOAQUÍN: Los reductos menos mediatizados donde eres tú realmente. Y es de los sitios donde todavía se puede decidir como espectador. Lo que vayas a ver lo vas a interpretar tú. En este mundo es muy importante. Y, además, es compartido.
-¿Qué tipo de director es Eduardo Vasco?
JOAQUÍN: Es un director que crea un ambiente muy bueno, muy fácil. Es receptivo, creativo. Plantea abordar el trabajo desde una perspectiva libre.
El diseño de espacio escénico y de vestuario son de Carolina González y la Iluminación de Miguel Ángel Camacho. Es una producción del Teatro Español en coproducción con Entrecajas Producciones Teatrales. Fotografías de Javier Naval. Del 14 de octubre al 9 de noviembre. Teatro Español.