El Ballet Nacional de España sigue de gira con “Afanador”, una de las coreografías más exitosas de la compañía con la que ha logrado cinco premios Max, entre otros reconocimientos. Dirigida por Marcos Morau, cuenta con la interpretación del propio Rubén Olmo, su director. Con él hablamos.

-¿Cuál es la historia que narra “Afanador”?
Es una fantasía de cómo fueron las sesiones fotográficas realizadas por Ruven Afanador para sus trabajos fotográficos de “Mil Besos” y “Ángel Gitano”. En esas sesiones se realizaron fotos en distintas situaciones y lugares: en los camerinos, entre cambios de vestuario de unas fotos y otras, en un patio de un cortijo, en una plaza de toros, cuando nos juntábamos los artistas entre una sesión y otra, en los momentos de espera…
La historia que narra es una recreación de múltiples y diversos momentos de esos trabajos. Es ver las fotografías de Ruven Afanador con la lente artística de otro creador, Marcos Morau.

-Este Ballet ha sido descrito como “Una propuesta de gran calidad que muestra que el Ballet Nacional de España también está en el corazón de la vanguardia. Tan arriesgada como un hito del BNE.”
Estoy totalmente de acuerdo con esas palabras. Yo siempre lo he defendido así, desde el primer momento. Añadiría que Marcos Morau, La Veronal, todos los bailarines, los coreógrafos, todos los que hemos colaborado en este espectáculo hemos aportado esa calidad. Marcos es el que ha sabido pensar en cada una de las piezas y las ha sabido ensamblar para llevar al Ballet Nacional de España a un universo diferente, para llevar a la Danza española y al Flamenco a un espacio y a un lugar que no habíamos explorado y en el que nunca se había visto al Ballet Nacional de España. Sí, yo creo que ha sido arriesgado y ha sido un verdadero hito.

-Para todos los que todavía no han tenido oportunidad de disfrutarlo, ¿Cuáles son las principales novedades de este Ballet?
Es un conjunto por su estética, por el vestuario, las propias coreografías. Se incorporan movimientos completamente diferentes, nos acercamos más a la danza moderna, a la danza de vanguardia. Y hasta la Iluminación baila con el espectáculo, con los bailarines. Y la banda sonora realza todavía más la danza que bailamos.
-En “Afanador” priman el blanco y el negro de la fotografía en el vestuario y en la escenografía. ¿Cuáles son los elementos escenográficos más sorprendentes?
Todos… bueno, te selecciono uno de los que más me gustan. Es cuando empezamos a oír la voz de María Arnal, con la bajada de esa pared impresionante por el escenario, que se convierte en una fachada de una casa, con el balcón… se recrea esa imagen de la sesión fotográfica de Rossy de Palma en el libro de “Mil Besos”. Yo creo que es uno de los momentos cumbres. Es especial.
-Además del estreno del homenaje a José Granero en el Teatro Real y de la presentación de “Triana-Medea” en el Teatro de la Zarzuela, ¿Qué destacarías de la nueva temporada 25-26 del BNE?
Con la recuperación de “Medea”, presentamos en el rol de la protagonista a ese mito vivo que es Eva Yerbabuena, pero también presentaremos en este papel a nuestra primera bailarina Inmaculada Salomón y despediremos del escenario a Maribel Gallardo. Yo creo que todo esto es suficientemente destacable en la nueva temporada.
Aún así, te adelanto que, con “Afanador”, hemos conseguido abrir las puertas de la Ópera de Roma y volver a Austria. Además hemos cerrado una gira por Francia que ya iremos detallando.
-¿Qué es lo más importante que has aprendido desde que empezaste como director del BNE?
Creo que he aprendido muchas cosas. Se aprende a diario, siempre se te presentan nuevas situaciones que resolver, hay días que a última hora sigues resolviendo. Eso te da otra perspectiva. Tienes que intentar trabajar con cierta calma interna. Saber tener paciencia es lo que más he aprendido. Tienes que aprender a enfrentarte a los problemas con cierta distancia para poderlos solucionar y que no te afecte en el día a día para poder seguir trabajando en el resto de cosas.
-¿Consideras que en los últimos años el BNE ha conseguido acercarse más al público joven y/o al que no suele ser seguidor de la Danza española en los Teatros?
El Ballet Nacional de España siempre consigue llevar nuevo público y público joven tanto al Teatro de la Zarzuela como al resto de teatros en los que actuamos. Cada vez se acerca más público a vernos, no solo gente de la profesión, o personas que ya son abonadas del teatro. Viene gente del mundo de las artes escénicas, del mundo de los museos, de las empresas, del mundo sanitario, de todos los espacios de la sociedad. Creo que somos un Ballet al que todo el mundo se acerca alguna vez. Muchas veces me lo dicen: “¡Es la primera vez que vengo al Ballet y me ha encantado…!” o “¡Después de ver lo que he visto, no me pierdo vuestras próximas giras…!”
Creo que, al final, cuando nos ven, la gente se enamora de la Danza española, quiere más y vuelve.
-¿Cuáles han sido los mayores logros de tu último año como Director?
El hacer muchas cosas. En el Ballet Nacional de España lograr hacer algo diferente es complicado. Hemos tenido una pasada temporada con mucha actividad, muchas representaciones. Los coreógrafos y maestros que han ido pasando por el Ballet me han dado la enhorabuena por el estado de la compañía. Además, este año, por “Afanador”, nos han dado el premio de la Crítica de Artes Escénicas de Cataluña, dos premios Talía de la Academia de las Artes Escénicas de España y cinco premios Max de la SGAE. Son grandes logros para el Ballet. Con “Afanador” hemos conseguido cruzar la barrera y que la gente considere el gran trabajo realizado en este espectáculo.
-¿Qué tipo de director eres?
Soy un director que le gusta el trabajo bien hecho, que los bailarines estén lo más inspirados posible, que estén centrados. Soy una persona muy comprensiva, me gusta trabajar desde la confianza y el respeto. Eso forma parte de mi personalidad. Me gusta trabajar en armonía, aunque es complicado llevarlo a la práctica en un ballet tan grande como éste. Esa es mi forma de ser y de trabajar aquí y en cualquier otro sitio. Fotografías de escena de Merche Burgos.