Anabel Alonso es la protagonista de esta versión de la obra de Simone de Beauvoir, dirigida por Heidi Steinhardt.
-Descríbenos a tu personaje… ¿Quién es Murielle?, ¿Cómo la ves tú?
Es una mujer que está sufriendo mucho. Le ha tocado vivir situaciones límites, de muchas pérdidas. Está muy sola.
-En la historia de la función es Nochevieja. Murielle está en su casa, sola. Los ruidos de la calle y los gritos de sus vecinos celebrando le impiden conciliar el sueño. En esa vigilia, los recuerdos se enfrentan a un presente desolador y a un futuro aún menos prometedor. ..¿Qué más le puedes contar a nuestros lectores?
Pues que vengan a ver la función porque eso ya dice mucho.
-Comenta su directora que “Su verdadera tragedia ha hecho trizas su autoestima como mujer, como esposa, como madre y como hija. El hilo vital es fino y quebradizo, sostenido solo por sus fuertes sentimientos de ira, sus pensamientos vengativos, autodestructivos y una especie de gracia absurda, a pesar suyo.” ¿Estás de acuerdo?
Sí, absolutamente, porque en esa tragedia personal se cuela la mirada social y la forma en la que ella recibe esa mirada tiene algo de comedia, evidentemente para el espectador, no para ella.
-¿Cuáles son dos de tus escenas favoritas?
Mis dos momentos favoritos son el comienzo, porque es una declaración de intenciones y una presentación de personaje bastante atípico.
En segundo lugar, el final porque tiene un componente muy dramático, trágico y está en las antípodas del arranque.
-¿Cuáles son las principales ventajas de estar sola en el escenario? ¿Y las principales desventajas?
Las desventajas: tú sola mantienes el interés del público, toda la responsabilidad está en tus hombros; si tienes un blanco, nadie te puede echar una mano. Incluso en las giras estaré sola. Y las ventajas supongo que esa misma soledad en el escenario y en las giras es una oportunidad muy profunda para pensar y encontrarme conmigo.
-También comenta Heidi Steinhardt que “Destacan la poesía y la honestidad con la que la autora desnuda el alma de Murielle, siempre en pena; no solo no descansa, libera un discurso frontal y sin final para justificar sus actos y sus “no actos” dejando su dolor sumergido bajo las palabras”… ¿Qué añadirías al respecto?
Añadiría que esas mismas palabras son las que le permiten sacar afuera su rabia, su impotencia, su resentimiento, su ¨venganza¨.
-¿Hay algún lugar para el humor en este texto? ¿Dónde y cuándo?
En la propia tragedia y, como decía antes, en la mirada social. Al final la comedia siempre tiene una matriz trágica.
-Termina esta frase: “Ir al Teatro le aporta a la vida de las personas…”
…La posibilidad de hacerse preguntas sobre la vida, el mundo, las personas… Muchas veces también les permite conocer mundos lejanos a su vida cotidiana. Y también aporta la posibilidad de entretenerse, de salir de sus conflictos del día a día y asomarse a los de otros, los de la ficción.
-¿Qué tipo de directora es Heidi Steinhardt?
Es el tipo de directora que todos los actores y actrices queremos tener. Implacable, exigente, que no se conforma con que simplemente la historia funcione y esté bien porque busca la excelencia.Es una directora que nunca te abandona, siempre te da respuestas, pautas, indicaciones a las que agarrarte y en ningún momento te sientes perdida. Hace que te puedas entregar a ese proceso creativo con toda confianza.
-¿Qué destacarías de los elementos escenográficos que han diseñado/ creado Alessio Meloni, Rodrigo Ortega y Mariano Marín?
Han hecho un trabajo extraordinario. Cada uno ha aportado su arte. El de Murielle es mundo poético muy rico y muy sórdido a la vez, de una tremenda soledad. Y el mundo sonoro de Mariano deja ver esa fragilidad del personaje. La escenografía es una barbaridad, de una poesía descomunal. Y la iluminación es pura poesía. Estoy muy contenta. Es una Producción de LaZona. Teatro Infanta Isabel.