La actriz dirige esta pieza que llevan a escena Eneko Sagardoy, Macarena Sanz, Albert Ribalta, Pilar Bergés e Iván López Ortega.

-“Vulcano” es la historia de una familia que intenta salvarse de un trauma pasado como es el incendio que sucedió en el edificio en el que vivía y que tuvo consecuencias trágicas. La llegada de una reportera y un cámara, y el intento de reconstruir lo que sucedió, hace que el relato conocido adquiera dimensiones inesperadas…

Son un padre, Manuel, su hijo Manu y su hija Inés y hay una madre ausente. Se enfrentan a la situación de que una reportera y su cámara entran en su casa con la intención de hacer un reportaje social sobre la muerte de su vecina Alba que era una persona con discapacidad y que murió en un incendio hace un año. Trata sobre cómo esta familia se ve obligada a enfrentarse al dolor de lo que sucedió relatándose a sí misma y relatando su dolor. Los personajes actúan como una versión de sí mismos. Entramos en la vida familiar de los personajes pero siempre hay una cámara que les mira. Siempre están editándose a sí mismos.

-¿Por qué es importante llevarla a escena?

Es un espacio maravilloso de reflexión sobre nuestra sociedad contemporánea y sobre el maniqueísmo del bien y el mal de las víctimas y de los verdugos, sobre la obsesión por relatarse y cómo cada día somos mejores en construir relatos de nosotros mismos. También es un espacio lúdico y divertido en el que se tratan los temas desde el humor.  Y “Vulcano” tiene un lenguaje propio que hemos creado entre todo el equipo.

 

-Describe brevemente a los personajes

Manuel (Albert Ribalta) es un hombre trabajador, de la Industria Metalúrgica. Su mujer le ha abandonado. No sabemos por qué. Está un poco anclado en un relato antiguo de una masculinidad que tiene que ser heroica y protectora. Inés (Macarena Sanz) es su hija. Es una joven que es cajera y reponedora de un supermercado pero está estudiando para sacarse unas oposiciones como guía del Museo del Prado. Para salir de su miseria. Es muy controladora, muy perfeccionista y ha tenido que cuidar a los demás. Manu (Eneko Sagardoy) es mellizo de Inés. Es un chico al que su padre considera como “incapaz”. Está todo el tiempo intentando demostrar que no lo es.

Adriana (Pilar Bergés) es una periodista que trabajó para la prensa rosa y ahora ha decidido dar un cambio. Y lucha por este reportaje social. Es como un episodio piloto para ver si este programa puede tener continuidad y así dar un giro a su carrera. Y el cámara Eliseo  (Iván López Ortega) tiene fuertes inquietudes artísticas. Quiere cambiar el Mundo con el Arte. Todos están en un punto de inflexión en su vida en el que les gustaría cambiar.

-Comentas que “Vivimos en un contexto en el que estamos rodeados de realities, true crimes, documentales, biopics, autoficciones, e infinidad de stories, saturados de una constante edición de lo auténtico, lo verdadero, lo real…“Vulcano” le plantea al espectador preguntas como ¿Cómo se narra un trauma? ¿Qué sucede cuando una confesión íntima se convierte en representación, en reclamo? ¿Tienen más valor nuestras experiencias cuando forman parte de un relato, cuando alguien nos mira?…

Sí. Habla de lo difícil que es hablar del daño, del dolor, del trauma, de cómo generamos relatos y cómo estos relatos tienen ausencias, olvidos e invenciones y cómo muchas veces perdemos la conciencia de lo que nos hemos olvidado o inventado. Al final retrata cómo los protagonistas siguen buscando la verdad de lo que pasó y si esa verdad todavía sigue siendo accesible y cómo se accede a ella. Y qué rol tienen el arte y la ficción para ayudarnos a encontrar la raíz de lo que nos ha pasado.

También habla de la culpa, de cómo tratamos a los que están peor que nosotros y cómo les contamos lo que no conocemos. Y cómo nos faltan palabras para relatarlo. Y habla de la empatía para ver a otros, qué es sentirse visto y lo difícil que es cuando los demás no te ven. Y los demás pueden ser tu propia familia, tus vecinos o los espectadores de esta realidad retransmitida en la que vivimos.

-Creo que esta obra combina la escritura de texto y el teatro de creación

Es la mezcla del texto que ha escrito Victoria Szpunberg desde el escritorio de su casa y mi forma de generar el texto a partir de improvisaciones, provocaciones y juegos con los actores en la sala. Hemos partido de una conversación entre Victoria y yo sobre los roles de víctimas y culpables, sobre la pregunta del relato y del trauma y, a partir de ahí, Victoria escribió 35 páginas que planteaban la situación de “Vulcano” y yo generé una residencia de creación con los actores. Y, a partir de ahí, Victoria reescribió y terminó la obra. Y lo hemos hecho de nuevo, ya con la obra escrita, hemos vuelto a jugar con ella. Y ha sufrido otra segunda reescritura hasta que llegamos al texto definitivo que sufre sólo los cambios lógicos de los ensayos.

-Completa esta frase: “Ir al Teatro es casi imprescindible porque…”

Es uno de los pocos lugares seguros que nos quedan para hacernos preguntas complejas y no necesitar respuestas simples. Es un lugar de encuentro, de reflexión desde lo lúdico y de profunda libertad. Es un lugar en el que se puede jugar a lo peligroso y no hacernos daño.

-¿Cómo serán los elementos escenográficos? ¿Qué destacarías en particular de la puesta en escena?

En la pieza se habla de “La fragua de Vulcano” de Velázquez y la puesta en escena se ha inspirado en los colores, texturas y atmósferas del cuadro. La escenografía es de Judit Colomer. Hemos apostado por ese tenebrismo y por ese juego de luces diseñado por Juan Gómez-Cornejo. Por ese espacio realista pero suspendido en el que la escenografía es la representación de una casa cualquiera que también evoca un plató o un set de rodaje. Y, a la vez, evoca un lienzo.

Las paredes de esta casa son una reproducción muy realista del fondo del cuadro y tiene esa sensación de ser una pintura al óleo. Y, de la misma manera, los personajes tienen esa sensación de ser cuerpos pintados en movimiento. Y se suma también la propuesta de que la obra tiene “cine en directo” con la cámara que graba en directo a los personajes. Ese relato nos sirve para competir con el relato teatral.

Esta obra tiene un lenguaje muy particular en el que el código combina el humor, el drama y la tragedia de forma muy peculiar.

El vestuario es una creación de Pier Paolo y Roger Portal, el Espacio sonoro de Lucas Ariel Vallejos y el Video de Elvira Ruiz Zurita. Es una Producción del Centro Dramático Nacional, Cassandra Projectes Artístics y Andrea Jiménez. Fotografías de Bárbara Sánchez Palomera. Retrato: Vanessa Rábade. Hasta el 13 de Abril. Teatro Valle Inclán  (Sala Francisco Nieva).