El actor protagoniza este espectáculo que es la tercera parte de su trilogía de relatos clásicos formada por “Esquilo, nacimiento y muerte de la tragedia” y “Los dioses y Dios”. Los tres giran en torno a la tradición oral de los relatos mitológicos sobre los que se construyen las grandes tragedias griegas. Y son monólogos en clave de humor, donde el lenguaje y los recursos de la comedia se confrontan con los argumentos de las tragedias clásicas más conocidas. Éste que presenta el actor en Madrid reflexiona sobre el destino en la tragedia griega.
-En “Iconos o la exploración del destino” se unen tu sentido del humor con los argumentos de personajes de las tragedias clásicas más conocidas y de relatos hindúes. ¿Algunos de estos personajes son?
Edipo, Medea, Antígona y Hécuba. Los he escogido porque me detuve en los casos más extremos de una compulsión que es siempre la misma en todas las tragedias: enfrentarse, sin paliativos, a la bestia que todo ser humano lleva dentro. Esto se llamaba la catarsis y conducía a una regeneración y una superación de nuestra parte animal para ponernos en el camino de los dioses que representaban en aquella época la visión trascendental de la vida.
-¿Qué dos frases de la obra son tus preferidas? ¿Por qué?
“El destino es el eco de tu deseo”.
“Solo adquieres fuerza si peleas con algo que es más fuerte que tú.”
Porque son lacónicas y tienen mucha carga y eso es la gota del limón exprimido por el Teatro.
-¿De qué le habla “Iconos” al público?
Se cuenta de Sileno, el semidiós que ejerce como patrón de la tragedia, y subalterno de Dionisio, dios de la tragedia, que cuando Midas le preguntó “¿qué era lo mejor para el hombre?”, Sileno le contestó: “lo mejor para el hombre sería no haber nacido”. Ante la estupefacción de Midas, Sileno añadió: “pero no te preocupes, ya que has nacido, lo mejor para ti sería morirte cuanto antes”. Esto no puede entenderse sino es como un chiste que sugiere el “absurdo de la existencia”, que es el gran leitmotiv de toda la tragedia griega. Faltaban todavía 25 siglos para que Valle-Inclán presentara de nuevo esa mixtura en su creación genial del esperpento. La mezcla de los géneros estuvo ahí siempre, mostrando que las líneas divisorias son una creación convencional, un código, para que el público acomode su actitud ante el espectáculo. La exploración del destino viene de la mano de una exposición comparada de esta fuerza determinante (el destino) en la vida de los héroes trágicos y en los relatos de la mitología hindú, donde el concepto de karma incluye el concepto de libertad en el dinamismo del destino.
-¿Cuáles son los principales temas de actualidad de los que trata la función?
La actualidad sale en la obra de vez en cuando y solo para hacer más didáctico de lo que estoy hablando.
-El músico Javier Alejano es tu compañero en los escenarios desde hace muchos años. ¿Has escrito esta obra en concordancia también con la música que ha creado él?
Él hace la música conmigo y yo hago el texto con él.
-Termina esta frase: “El Teatro le aporta a mi vida…»
Equilibrio, satisfacción, salud, alegría y un poquito de dinero.
-Después de tu larga trayectoria profesional, ¿con qué cuatro adjetivos con los que han descrito tu trabajo te sientes más identificado?
Cómico. Y no quiero decir los otros tres por pudor. Pero a veces me llaman Einstein… Por el pelo.
-¿Por qué no debería el público perderse este monólogo?
El público no debería perdérsela por mi bien (jajaja) ya que todavía tengo muchas facturas que pagar. Fotografías de Jero Morales. Hasta el 1 de junio. Teatro Bellas Artes.